𝙏𝙝𝙚 𝘽𝙞𝙜 𝙎𝙞𝙨𝙩𝙚𝙧 ; 𝘑𝘶𝘭𝘪𝘦 𝘕' 𝘛𝘩𝘦 𝘗𝘩𝘢𝘯𝘵𝘰𝘮𝘴

ᴄᴀᴛᴏʀᴄᴇ ; ❝𝐭𝐡𝐞 𝐨𝐧𝐞 𝐰𝐡𝐞𝐧 𝐣𝐮𝐥𝐢𝐞 𝐢𝐬 𝐩𝐮𝐧𝐢𝐬𝐡𝐞𝐝❞

     Habían comido el rico pastel de chocolate que hace Emily, habían llorado y se habían dado cuenta que es otro año más sin su hijo a su lado.

Lily se despidió de la familia, tenía que volver a casa. Y Max fue con ella, sabía que tiene una charla pendiente con Luke. La primer charla entre tío y sobrino.

Cuando llegaron, fueron directo al garaje. La banda estaba ensayando una nueva canción, pero los instrumentos dejaron de tocarse cuando Lily y Max entraron.

Luke miró a su sobrino y sus ojos nuevamente se llenaron de lágrimas. Max tenía miedo, estaba temblando como una hoja de papel, así que Lily apretó con fuerza su mano, demostrándole todo su apoyo.

—¿Podemos hablar? — Max ni siquiera sabía de donde había sacado la valentía para hablarle, pero lo hizo.

Luke y Max salieron del garaje, y se fueron al otro lado, a solas. Mientras que Lily miró al resto de la banda.

—Así que la banda volvió. — comentó con una pequeña sonrisa.

—¿Tú lo sabías? — la encaró Reggie.

Lily dejó de sonreír.

—Por supuesto que sí. Pero no es mi asunto, es problema de Max y de Luke.

—Si es problema de Luke es problema nuestro. Deberías habérselo dicho antes. — discute el bajista.

—¿Y cuál es tu maldito problema ahora? Si alguien tiene que estar enojado conmigo en todo caso es Luke, no tú, bajista.

Reggie bufó y se sentó sobre un parlante. Alex y Julie se daban cuenta del incómodo ambiente. ¿Y cómo no sentirlo? Si incluso cuando pelean tienen química esos dos.

Para evitar tanta incomodidad, Alex empezó a hablar con Julie sobre cualquier cosa. Por suerte, al rato Luke y Max volvieron, ambos estaban con una gran sonrisa.

—¡Miren esto, podemos abrazarnos!

El tío y el sobrino se dieron un fuerte abrazo. Era increíble, pero parecía que los chicos se volvían más mortales cada vez. Podían tocar y ser vistos, podían comer la comida de Lily, y ahora Max podía abrazarlos.

—Lo tengo que seguir diciendo, ¡¿Qué clase de fantasmas somos?! — exclama Alex con entusiasmo.

—No tengo idea, pero yo tengo que irme. Lily, recuerda que la cita es a las nueve, los chicos nos esperan allá así que yo te paso a buscar. — le recordó a su amiga.

Max se despidió de los demás. Pero había alguien en la habitación que no podía dejar de pensar sobre Lily y su cita.

—Iré por algo de comer, muero de hambre.

—Voy contigo. — dijo Julie, ambas hermanas salieron del garaje.

Pero Lily recordó algo, así que volteó.

—¡Por cierto, feliz cumpleaños, Lukey!

El nombrado sonrió a lo grande y le agradeció.

—¿Lukey, qué es ese apodo? — inquiere Julie, una vez que entraron a la casa.

—Tranquila, chica. Si ese chico estuviera vivo sería mi cuñado, así que guarda las garras. — farfulló, poniendo colorada a su hermana.

Pero dejaron de pensar en Luke cuando vieron a Carlos con su tablet, moviendola por todos lados, como si buscara algo.

—¿Qué haces? — pregunta Lily.

—Buscando fantasmas, porque esta casa está embrujada. — las chicas se miraron y se cruzaron de brazos. —Cada vez que abro mi computadora, veo un sitio de música de rock abierto. Y ustedes saben que yo soy más del rap.