𝑆𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡 𝑙𝑜𝑣𝑒 𝑠𝑜𝑛𝑔 [JongKey Fanfic]

21

{Amando y temiendo en el 2013}

Tomando un poco de agua KiBum se recuesta contra el enorme espejo en la sala de prácticas. La coreografía para su nueva canción es agotadora, y si le sumamos el hecho de que está un poco... dolorido por los acontecimientos recientes es algo difícil de ignorar. Aunque algo sí es cierto, no puede estar más que feliz.

"Eres lo más bonito que he visto en mi vida. Ni siquiera te imaginas cuánto te amo."

Un beso. Dos besos. El hormigueo en el cuerpo, en sus zonas sensibles. Un gemido, otro más ronco ante las manos que lo tocan desde el cuello hasta la espalda baja. Los rasguños, las marcas, el dolor mezclado con el placer. Todo, y cada una de las palabras llenas de amor que los hacían ser felices. Los obligaban a ser ellos mismos, transparentes y vivos.

KiBum cerró los ojos ante los recuerdos. Sus labios, su piel, su corazón, temblaron ante las escenas que pasaron igual que una película. Los besos de JongHyun sintiéndose tan reales que, por un momento, lo hacen aislarse del presente.

"Piensa en mí, KiBum. Solamente en mí."

Aquellas palabras hacen al menor sentirse vivo. El amoroso tono con que su novio las susurró anoche, y todos esos toques necesitados lo obligan a volar con todos sus sueños futuros.

Piensa, que tiene muchísima suerte al haber conseguido el amor de JongHyun, y que ahora son importar absolutamente nada pueda abrazarlo cuando tiene frío, o besarlo si las ganas son inevitables.

KiBum nunca pensó que en verdad podría tenerlo, por eso a veces se pellizca, pensando que este amor tan sincero no es más que una alucinación de su mente. Pero luego abre los ojos y se da cuenta que no, que esto no es un sueño. Que los sentimientos de JongHyun son sinceros, y que cada uno de sus te amo son dichos desde el fondo del corazón. Sin miedos, sin medias verdades. Sólo con sinceridad y una abrumadora calidez.

Porque me ama. Se repite mentalmente.

Me ama tanto como yo a él y mucho, mucho...

— ¡Hyuuuuuuuuuuuuung!

KiBum salta ante la voz que le invade los oídos. Sus ojos se abren de sobremanera al notar el ceño fruncido de TaeMin, que lo observa como si fuera la cosa más horrible del mundo.

— Dios mío ¿es necesario que me pegues un susto de ese calibre, mocoso? — se queja con la mano en el pecho. Su respiración agitada parece ser el reflejo de la sorpresiva visita de TaeMin.

— Eres tú el que estaba volando, hyung — contraataca el menor, apoyando el brazo en el hombro de su amigo. — Hoy tampoco tengo itinerario así que vine porque no aguantaba la curiosidad.

KiBum rueda los ojos mientras le da un sorbo a su botella con agua. Mentiría si dijera que le parece una novedad el lado chismoso de TaeMin. Es más, hasta se le hacía raro no haber recibido alguna llamada suya.

El niño es la mismísima reencarnación de Lucifer cuando se lo propone.

— Claro, curiosidad — dice con sarcasmo el pelirrojo. Su cuerpo empuja al otro haciéndolo trastabillar, pero también reír. — ¡Tú lo único que quieres es sacar información sobre mi vida personal!

— ¡Por supuesto que quiero eso, hyung! ¿Por qué crees que he venido hasta aquí? — exclama TaeMin, con una sonrisa sin vergüenza. KiBum agita la cabeza en negación. — Anoche no pude ni dormir pensando en que por fin harías tus fantasías sexuales realidad ¿sabes? Me causa mucha intriga saber el rendimiento de alguien tan bien portado como JongHyun hyung.