Capítulo 12

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"No sueltes golpes cuando no sabes a quién atacas."

MIAN

—Travis Larsson —Dice Nina mirando la hoja en su mano. —Vive en Wolfreen, calle 9. Su color favorito es el morado ya que siente que lo representa: es vivaz, pícaro y provocador. Su padre es medico, director de uno de los hospitales de aquí. No quiso dar detalle respecto a su madre —Nina levanta la mirada por un momento, sus ojos destacaban detrás de sus lentes. —Hay que investigar respecto a eso.

—Puede que haya fallecido. —Entrecierro mis ojos.

Sé que debemos ayudar y buscar las razones de cada miembro del porque forman parte del club, pero siento que estamos invadiendo cosas que no debemos si quiera mencionar.

—Shh… —Me calla y se reacomoda en la silla —Su pasatiempo son los deportes extremos y el baile. También ama el fútbol y entrena a diario tanto como puede.

Nina me tiende una de las hojas rezagadas por la pequeña mesa. Miro a la hoja y luego a ella, tiene una gran insistencia con respecto a esto. La tomo con un suspiro y leo lo que dice:

—Mark Twain —Gruño con flojera. No he dormido bien estos días por culpa de los exámenes. —Vive en el edificio Jefferson, no quiso decir nada mas con respecto a eso. Su color favorito es el gris porque según el lo identifica. Su padre es un arquitecto y su madre tiene una pequeña tienda de ropa. No tiene pasatiempos, pero tiene experiencia en defensa personal. Aunque le gusta leer en ocasiones.

Ambas miramos a Andy, quien se mantenido en silencio desde hace ya mucho tiempo. De hecho, desde que inicio nuestra sesión en el club. No se la razón de su silencio, de su misterio, no levanta la mirada si quiera. Es como si el pequeño avance que tenia en estas semana se fuera al caño.

—¿Andy? —Lo llama Nina con indecisión.

El nombrado se sobresalta como si alguien lo hubiese sacado de sus pensamientos. Sin abrir la boca emite un sonido extraño y mira la hoja que Nina le tiende. Parece perdido y agotado, como si su mente estuviera trabajando y su cuerpo pidiendo a gritos que pare.

—¿Andy? ¿Panda? —Vuelve a llamarlo Nina.

Espera, ¿Qué?

Miro a Nina con los ojos muy abiertos exigiendo una explicación. Ella me lanza una mirada de inseguridad junto a una sonrisa de disculpas. Aja, luego tendrá que explicarme eso.

Vemos como Andy traga saliva sin saber que decir. Justo cuando parece haber tomado la valentía para hablar alguien entra repentinamente:

—¡Andy! —Un señor de alrededor de unos cuarenta año aparece por la puerta de la sala. Es el tío de Andy.
Trae consigo una botella de licor en su mano, y su vestimenta deja mucho que desear. Pareciera que lleva mucho tiempo sin darse una ducha.

El chico moreno se levanta de un salto, tal como un resorte. Nos lanza una mirada alarmada a Nina y  a mi para luego irse hacia su tio quien lo recibe con una horrible sonrisa cinica.

—Así que tienes a dos putas aquí. —Se rie mientras da un largo trago a su botella.

La sangre se acumula en mi rostro y mis manos se cierran en puños. ¿Qué fue lo que dijo? Nunca, en mis diesiete años de vida me habían llamado de esa forma. Nina luce asombrada y, a su vez, muy enojada con sus cejas fruncidas.

Andy nos suplica con la mirada que no digamos nada y se lleva a duras penas a su tio a la planta de arriba.
—¿Qué le sucede a ese hombre? —Espeta Nina con rencor.

Sé que la palabra odiar es muy fuerte. Pero siempre he odiado ese tipo de conductas en las personas, es algo que no logro tolerar muy bien. Quizás porque mis padres siempre se encargaron de enseñarme buenos valores y creci en un ambiente sano.
Pero tampoco es excusa.

El Club de los Corazones Rotos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora