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En sus ojos pude identificar que esas palabras le dolieron en lo más profundo que las palabras pueden doler

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En sus ojos pude identificar que esas palabras le dolieron en lo más profundo que las palabras pueden doler.

—Ahora que ya no puedo controlarte, sólo vete.

—Pero Angela, tampoco tienes tus poderes. ¿Qué pasará cuando la bruja mande a otros demonios a atacarte?

—¡Qué se joda!

Al momento en que le dije eso, me arrepentí. Estaba actuando de manera infantil, y de eso estoy consciente. Además, la única que se va a joder, soy yo.

Me llevé una mano al rostro, con desesperación. Él tenía razón, al parecer, no tenía mis poderes porque cuando intenté defenderme contra él, nada salió. Y justamente eso es lo que soy para los demonios sin mis poderes.

Nada.

—¿Y tú qué ganas con todo esto? —pregunté confundida.

¿Acaso le importa mi bienestar?

—Sólo sé que... Me siento bien ayudándote. Porque he estado gritando por ayuda en esa celda infernal durante muchos años, y la única que acudió a mí fuiste tú. Tú, Angela, fuiste la única que me ayudó a conseguir mi libertad. Irónicamente fuiste como mi ángel.

Una sonrisa apareció adornando su rostro.

Lo escuché atentamente. Cada palabra que decía me hacía sentir importante, significativa. Que podía ayudar a los demás, que soy útil. Entonces, comencé a soltar el miedo que le tenía.

Fui ese estúpido ángel que se dejó engañar por el demonio, consciente de que este lo había ahorcado.

Él bajó hasta mi cuello. Hizo una mueca de disgusto y arrepentimiento, pero no dijo nada. Realmente esperaba un perdón de su parte.

Silencio.

—¿En serio no dirás nada, Zach?

En respuesta, él sólo me miró. Parecía intentar decir algo, pero no sabía cómo empezar.

Suspiré—. ¿Sabes qué? No te esfuerces.

Le pedí que se fuera. Él apretó su mandíbula, pero no dijo nada. Otra vez. Sólo se marchó, y me quedé sola.

Decepcionada y sola. Odiaba no tener poderes ahora. Tendría que empezar de cero.

No quiero ser débil. Me aterra.

Me aterra perder el control.

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Judith me había contado sobre su nuevo avance. Estaba comenzando a conocerse a si misma. Pasar más tiempo a solas, sin conocer a nadie. De vez en cuando salía con sus amigas, pero no le interesaba conocer a nadie más. Mientras se alejaba de su situación amorosa respecto a su marido.

Lo celestial de tu infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora