Fallin' All In You (PERDIDOS EN LA SELVA)

DIECIOCHO

Pasando varios días, me encuentro en mi casillero de la escuela y como si fuera una película, en cámara lenta observo como la policía se lleva a Fabian, me mira con un odio muy grande pero lo bueno es que no regresaré a la escuela así que le será muy difícil encontrarme si sale en libertad. Algo que si no esperaba, es ver a Zac frente a mis ojos, pienso que me hará algo malo así que me cubro el rostro.

-Tranquilo Blake no te haré daño.

Lo miro con el ceño fruncido.

-Te quería agradecer por no delatarme.

Inclina la mirada, parece que si está arrepentido.

-No te apures, sé por lo que pasas en tu casa y no quería causarte más problemas.

Zac siempre ha sido un problema para sus padres ya que tiene pésimas calificaciones, es un mujeriego, una vez su abuelita lo sorprendió viendo pornografía y masturbándose en su habitación, entonces desde siempre han sido peleas y peleas, por eso mismo Zac casi nunca está en su casa, prefiere ser él mismo con otras personas y no con su familia. No quise delatarlo porque aunque fue un idiota, no merece pasar mucho tiempo en prisión porque apuesto que sus padres no harían nada para sacarlo.

-De verdad siento mucho lo que hice, es que tu sabes lo que sucedió una vez.

Es algo que recuerdo instantáneamente, además de mí, su primo también era su mejor amigo. Un día, los tres nos quedamos a dormir en casa de Zac después de muchos videojuegos, comida chatarra, películas y fútbol. Durante la madrugada, escuché que Zac se quejaba hasta que las luces se prendieron y un grande pleito se desató, yo apenas reaccioné y se estaban gritando ambos en la misma cama.

-Lárgate de aquí, no quiero volver a verte en mi puta vida.

El primo tomó sus cosas y salió corriendo.

-¿Qué sucedió? -pregunté asustado.

Al parecer se metió en la misma cama y comenzó a tocarlo de una manera indebida y creo que por eso desde entonces siente odio y repulsión.

Volviendo al presente niego meneando la cabeza.

-No todos son así.

-Lo sé porque dormí muchas veces en tu casa y tú en la mía y jamás hiciste nada.

-Zac, tú no me gustas, nunca me has gustado y nunca me gustarás, quiero que te quede muy claro todo eso.

-¿De verdad?

-No, empecé a sentir esto por Arian y no lo quería aceptar porque sabía todo lo que iba a suceder, pero me arriesgué, lo perdí todo, pero mi vida no ha terminado.

Dejo mi casillero completamente limpio.

-¿Qué estás haciendo? ¿A dónde vas?

-Mis papás me echaron de mi casa, conseguí un empleo de tiempo completo, ya no podré asistir, las rentas son bastante costosas.

-¿Por qué no me lo dijiste? Tengo bastante espacio en mi casa.

-Porque ya no eres mi amigo.

Su mirada cambia.

-No le llames resentimiento, pero las personas solas se alejan cuando uno le muestra la mundo quien realmente eres. Tu lo hiciste y así quiero que siga -tomo la caja con mis cosas -mucha suerte Zac y espero que logres graduarte.

Me doy media vuelta y al caminar siento como las lágrimas se acumulan en mis ojos, es estúpido porque realmente me hizo daño pero una parte de mí lo consideraba mi hermano y realmente lo desconocí con lo que hizo. Pero estará bien, siempre hay una forma de salir de la cuerda floja siguiendo la sombra de otras personas.