Warriors and Legends (Guerreros y Leyendas) [TERMINADA] ✔️✔️

CAPÍTULO XXXV

                     El Kobashismo.

—¿Y bien? Dime de qué se trata. —Replicó Era tras un incómodo silencio por parte del grupo, antes de responder Jonh se puso de pie y llevó ambas manos a sus espaldas con un aire de seguridad.

—Es sobre tu hermano —dijo sin inmutarse al tiempo que las pupilas de Era se contraían por esas palabras—. Cuando me hablaste sobre lo que le pasó en la base de operaciones, hubo algo que me quedó inconcluso y que no te había preguntado. ¿Y es que jamás investigaron sobre quién o qué les hizo eso a ese escuadrón?

—Para ser franca no estoy segura... —respondió cabizbaja, mostrando una expresión penosa por los recuerdos de esa noche. —Lo único que sé es que cuando registraron ese lugar, había hallado un símbolo en uno de los cuerpos del primer mando... Y se veía como... —Formuló tratando de recordar—. Como una cruz de flechas.

—¿Unas como éstas? —La voz de Jason la interrumpe, al mostrarles unas fotografías del mismo símbolo, marcado en la frente de una mujer—. El cuerpo de esta mujer fué encontrado hace dos semanas en un callejón de Nueva York, en la fotografía puedes ver que tiene una herida en su vientre y el mismo símbolo marcado con sangre en su frente.

—Si... Es esa misma... ¿Pero que tiene que ver esto conmigo y mi hermano? —Cuestionó con confusión.

—Porque tenías razón cuando dijiste que fuera lo que fuera lo que les haya hecho eso, no era normal. Porque a tu hermano no lo asesinó un mutante cualquiera, sino algo mucho más siniestro... Un Kobashista.

—¿Y en español? —Preguntó aún más confundida de lo que estaba.

—Hasta dónde los investigamos, son una especie de asesinos en serie con un gran número de muertes hasta ahora. Han participado en cada guerra de este mundo, en las guerras de Irak, la guerra fría, en la guerra del golfo y en muchas más —informó Jason mientras Jéssica lo seguía con la mirada.

—No son asesinos en serie —replicó Skarson—. Yo sé lo que son y no les gustará —en ese momento Era dirigió toda su atención sobre ella, no se la veía confundida sino sorprendida.

—Bien, dinos qué son entonces.

—Primero quiero ver todas las fotos que tengas... —le inquirió a Jason tras extenderle la mano. Él cedió sin decir nada y le extendió las fotografías que eran diez en total. Y a medida que iba ojeando, una por una, Jéssica aclaró su garganta y explicó:—. Durante el tiempo que estuve con Grimm, ella me contó algunas anécdotas sobre una secta que se formó hace varios siglos en el pasado y en esa secta tanto humanos como mutantes eran bienvenidos y tratados por igual, pero con la única condición de adorar a su único dios... Kobáshira —dijo haciendo una clara énfasis en ese nombre—. Por muchos décadas esta secta se encargó de asesinar tanto a personas con alto poder adquisitivo, como a simples civiles que pudieran representar una amenaza, así como también a sus propios miembros que pudieran exponer su prestigiosa comunidad. —Continuó haciendo una pausa—. En el 2015 la secta fue descubierta por la tribu de los cambiaformas quienes los habían rastreado tras haber asesinado a un alfa de su manada, luego la guerra entre ellos comenzó. Muchos de sus miembros más poderosos fueron asesinados por los cambiaformas, pero a su vez, muchos alfas habían sido cruelmente asesinados por los kobashistas... Tras una interminable matanza que duró meses y meses los cambiaformas lograron tener todas las posibilidades de vencerlos, pero los kobashistas fueron muy astutos. Al usar a sus miembros más prestigiosos invitaron a otras organizaciones con varios ejércitos en su mano para asesinarlos, lograron ensuciar sus nombres con las mentiras de que ellos devoraban a los humanos y que eran la peor peste del planeta, fué así como insitaron a otras organizaciones para aniquilarlos completamente. Asesinaron a tantos inocentes que lograron ponerlos en peligro de extinción. La batalla duro muchas lunas en las cavernas míticas del Aream. Muchos de ellos murieron y de ese modo los cambiaformas perdieron la batalla, pero los kobashistas perdieron la guerra. —Luego un breve silencio, Jessica fijó su mirada sobre Jonh quién se mantuvo a la espera con un semblante fijo en lo que iba a decirle—. Para la llegada de los alienígenas nadie tuvo en mente si los cambiaformas aún existían en ese entonces. Solo muy pocos habían logrado sobrevivir, y pese a eso no la tuvieron fácil, hasta ahora. Esa es la verdad. —Confesó al mirarla a Era con pena.

—Vaya... —Dijo Matt perplejo—. ¿Y qué más pasó?

—Los kobashistas desaparecieron y nunca más se volvió a saber de ellos. Se estima que algunos de esos miembros aún continúan asesinando en represalia y también como devotos a su dios. Yo sinceramente creí que todo eso había terminado, pero aparentemente aún quedan algunos con vida. Si logramos hacer que uno de ellos hable, podremos encontrar al que asesinó al hermano de Era... —dijo al mostrarle la fotografía de su hermano la cuál se encontraba entre la fila de las demás. Era la tomó sin dudar y observó a su hermano con detenimiento y se veía tal cuál como en aquella noche que recordaba.

Era les dió la espalda a todos dejando un vacío entre el grupo y apretó los dientes para reprimir la repentina aparición un aluvión de emociones, y al mismo tiempo no logró evitar que una lágrima se recorriera su mentón hasta salpicar en el piso, había llegado a su límite emocional y había llegado a su punto de quiebre.

La conversación siguió en torno al mismo tema pero Era no les presto ni la más mínima atención, después de todo, su mente parecía haber vuelto a esos días de angustia e impotencia que le quitaron el sueño durante largas noches que ella no quería recordar ni de cerca.

—Ahora que tenemos esta información, sabemos a qué nos enfrentamos —escuchó decir de Jason a sus espaldas como si sonara en segundo plano—. En estos años los Elements nos hemos encargado de investigar estas clase de cosas para ayudar a tantas personas como nos fué posible. Ahora solo necesitamos algo de tiempo para atar los cabos que estén sueltos y tal vez con un poco de suerte llegaremos al último, es nuestro trabajo y lo atraparemos.

—Trabajo que no han hecho —replicó Era con un tono serio. Y al darse la vuelta su expresión se ensombreció. Tras recordar que había encontrado a su hermano minutos después de que él falleciera, ese no era un tema del cual le gustara hablar, pero ahora no iba a detenerse—. Yo ví morir a mi hermano, investigaron una secta que desapareció hace años, ¿y ahora Jéssica dice que aún quedan miembros con vida? —Cuestionó notoriamente exaltada mientras elevaba su voz—. ¿Po-po qué no lo hicieron antes?

—Era tranquilízate. —ordenó Jéssica con una voz seria y autoritaria.

—¡No tengo intenciones de tranquilizarme! ¡¡Ese sujeto mató a mi hermano y sigue en las calles!! —refutó con fastidio. Era podía sentír como sus cabellos se erizaban uno por uno, contando los de su cola. Tras arrojar las fotografías al suelo la expresión de todos cambió a una más de asombro.

—¡Era! —gritó Jéssica al ir detrás de ella en dirección al pasillo.

El resto del grupo se quedó en silencio por esa reacción tan inesperada. Tanto que incluso Jonh, Jason, Matt y James intercambiaron miradas entre sí de manera intercalada, aunque sin decir ni una sola palabra.

—Debí saber que esto pasaría —se dijo Jonh a sí mismo, al tiempo en el que llevó sus manos hacia su frente sin poder de dejar de culparse por ello.

—Oye tranquilo, tu no hiciste nada malo —dijo Jason tras posar su diestra sobre su hombro—. Esto se trata sobre su hermano Jonh. ¿Qué esperabas? Es la única familia que pudo haber tenido. Es normal que cualquiera tenga una reacción así si supiera de esta forma lo que ella acaba de enterarse. Agradece que no nos golpeó. —Dijo de broma pero Jonh no respondió. Estaba preocupado y eso se notaba.

—Es que... —antes de continuar, Jason lo interrumpió con una voz ronca y honesta.

—Tu no te preocupes, solo espera que se calme y ve a hablar con ella, tu chica te necesita... ¿Es tu chica, cierto? —En ese momento Jonh levantó su mirada sorprendido, pero también se lo veía muy intrigado.

—¿Cómo es que lo sabes? —preguntó curioso al girar la cabeza en su dirección.

—Porque soy tu hermano —le respondió con un ligero guiño y una delgada sonrisa.