Warriors and Legends (Guerreros y Leyendas) [TERMINADA] ✔️✔️

CAPÍTULO XXXII

Una corazonada.

Tres semanas después.

La noche ha caído, el silencio abunda en las calles y de la mano el terror lo acompaña. Hasta ahora han pasado casi ocho meses desde que la guerra dió inicio y debido a los constantes enfrentamientos las bajas son incalculables, por lo que ahora ambos bandos—tanto humanos como mutantes—, han dejado de atacarse entre sí aunque sólo temporalmente.

Las calles de un destruído Nueva York muestran los recuerdos de una violenta crisis y un potente batallón. Y mientras una mujer encapuchada se interna en lo profundo de un estrecho y casi vacío callejón, salvo por los montículos de escombros y basura, detrás de ella una figura sombría se adentra al acecho de su nueva víctima "la misteriosa mujer".

El sigiloso transcurso de la sombra era casi indetectable debido a lo silencioso que que avanzaba, pero la mujer ubicada metros más adelante logró percatarse por un sexto sentido de que alguien o algo la estaba persiguiendo, así que instintivamente volteó con inseguridad para corroborar que estaba sola y en efecto, eso parecía.

El miedo podía notarse en sus ojos color carmesí y a medida que la presión se propagaba por su cuerpo a causa del miedo su instinto la hizo girar lentamente hacia sus espaldas, su corazón le palpitaba sin control y su respiración era agitada, fuerte y constante pero al ver que aparentemente se encontraba sola dió un suspiro de alivio y en un segundo toda esa presión sobre su cuerpo desapareció.

Pero al voltear para seguir su rumbo un movimiento sorpresivo la detuvo y la figura sombría la sorprendió tapando su boca con una mano y clavando una daga de plata en su vientre con la otra, la mujer intenta gritar con todas sus fuerzas pero la mano de esa sombra sobre su boca impedía que sus gritos resonaran y se redujeran a un simple y débil chillido.

Sin más que poder forcejear, la mujer sentía como sus fuerzas se escapaban con cada respiro que salía de su cuerpo a medida que la sangre brotaba sin control de su vientre, su espíritu comenzaba a dejar de luchar y sus esperanzas recayeron con ella sobre un pequeño montículo de escombros.

—Shhh... —silenció la sombra con una mirada sin vida—. Si gritas... Los despertarás... —susurró al tiempo que enterraba su daga hasta el mango—. La noche predominará en este mundo vulgar y muy pronto el sol dejará de brillar. Su luz nos obliga a ocultarnos durante el día, pero la luz de la noche nos fortalece —prosiguió como un fino susurro—. Duerme tranquila y ya no sufrirás la pesadilla que este mundo te ofrece, duerme tranquila y Kobáshira te guiará a tú lugar en la estrellas... —tras esas palabras la mujer perdió el brillo en sus ojos y su cuerpo el espíritu. Sea lo sea que le haya hecho esa cosa, había dejado algo en claro en esa mujer y era que este mundo está lleno de raras sorpresas.

Mientras tanto en el distrito 21, Era despertó exaltada luego de una desesperante pesadilla. Su pecho le subía y bajaba de manera constante y su respiración se mantenía rápida y agitada, pero aunque con el pasar de los segundos fue calmandose, ella sentía como sus manos aún le temblaban y como su cuello estaba recubierto de una delgada capa de un frío sudor que descendía por sobre la línea de sus pechos.

Nuevamente había tenido esa pesadilla como en reiteradas ocasiones, esa pesadilla en la que veía a su hermano en la habitación roja de los espejos, en dónde contemplaba como él era torturado una y otra vez hasta el cansancio, rogando piedad y misericordia por su vida o que lo mataran de una vez y ella solo estaba ahí parada, presenciando cada segundo a detalle de esa horrible escena sin poder ayudarlo, y sin poder hacer otra cosa más que observar en completo e impotente silencio.

Cuando finalmente sus palpitaciones se calmaron, ella giró su cabeza en dirección a Jonh quien aún permanecía dormido a su lado y sin señales de haberse percatado de su brusco despertar.