| De olvidos, mesiversarios y soluciones improvisadas |

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Todo había vuelto a la normalidad con TaeHyung y JungKook no podía estar más contento.

Era realmente reconfortante pensar que por más fuertes que fueran las discusiones entre ambos, podían solucionarlo con una calmada conversación.

Pero aún así, JungKook seguía evadiendo el tema.

Antes de todo, él podía considerarse fácilmente un adicto a los encuentros sexuales y era bastante abierto a las cosas nuevas sin llegar a extremos, pero realmente había probado de casi todo.

Ahora el simple pensamiento de tener sexo vainilla le aterraba y podía confirmarlo con la última discusión. Y él no buscaba herir a TaeHyung, de hecho, le dolía pensar que podría lastimarlo de nuevo, pero aún no estaba listo y agradecía inmensamente que TaeHyung lo entendiera, incluso con más facilidad que él mismo.

Aunque casi un mes después de todo eso, JungKook volvía a darle vueltas al tema, porque era seguro que su celo llegaría en menos de una semana.

Y podía esconderse durante tres días con supresores y comida en su habitación sin problemas, pero tenía primero que pedir el permiso especial para faltar y se lo tenía que pedir nada más y nada menos que a su jefe y novio.

He ahí el problema, otra vez lastimaría el orgullo de TaeHyung pues era muy, muy, muy mal visto que un omega, teniendo alfa, pasara su celo con supresores y no con su pareja.
Pero ahora que JungKook lo pensaba, ellos no eran pareja aún, ¿o sí? Tal vez Kim pensaba que ellos ya eran pareja y aunque nunca habían hablado o concretado nada, sus acciones demostraban mucho más de lo que se atrevían a decir y cualquiera que los viera afirmaría sin dudar que ellos ya eran pareja, y de muchos años, cuando la verdad era que apenas llevaban un mes juntos.

"Un mes juntos" recordó el omega sentado en su escritorio en la oficina vacía, TaeHyung aún no llegaba y eso le había permitido perderse en sus pensamientos. De todas formas el alfa debía estar por llegar.

JungKook se levantó y bajó hasta el primer piso por las escaleras, corriendo como alma que lleva el diablo.

— ¡Jennie! Jen Jen Jen —JungKook gritó ganándose un par de miradas de la gente que esperaba y una mirada de pena de la omega de dulce olor, que lo observaba fijo con los labios juntos en una línea, dejándole muy en claro que si no fuera secretario y novio del dueño de la empresa, ya habría recibido un regaño gigantesco.

— JungKook —respondió la omega bajito y cortante, porque estaba en total desacuerdo con semejante alboroto en recepción, por muy amigos que fueran.

— Yah, lo siento. ¿Dónde hay tiendas de dulces y cosas con corazones y así acá cerca?

— No puede ser, lo olvidaste.

— Más o menos, no del todo porque ya me acordé.

— A quince minutos de aquí, estás jodido. Éstas no son horas, por la Diosa. Tae estaba tan emocionado por ello ayer que me hizo ir anoche a su apartamento para preparar lo que sea que tenga planeado, porque yo no entendí qué estaba haciendo —se quejó la ahora pelirroja.

— Ay demonios. Mmm, dile a Tae que..., tuve ¿un retraso?

— Tu bolso está arriba, genio —lloriqueó Jennie.

— Entonces dile que... Que... Me enfermé, sí.

— Tu bolso está arriba —insistió la omega.

— Estoy odiando mi bolso ahora mismo. Dile que iré a-

— ¿Por qué odias a tu bolso? ¿A dónde vas?

Mi Jefe Alfa   ๛ vkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora