No esperaba que al regresar el chico se encontrara en sus ropas de entrenamiento. El traje elástico se ajustaba a su pequeña cintura y su esbelto cuerpo. El cuerpo que anteriormente había sido un adolescente en desarrollo, ahora era el de un completo atleta adulto. Su altura era realmente destacable y sus largas piernas le daban ese aspecto de ser una persona extremadamente elegante al momento de moverse.
No había ningún rastro del chiquillo que había conocido cuando eran rivales.
— ¡Min YoonGi! — Saltó sobre su posición y se volteó para observar cómo Jimin y Taehyung entraban en el lugar con sonrisas felices y atuendos completamente envidiables, dignos de la pasarela. — Good morning everybody!
— Tiene que ser una broma. — Susurró para si mismo volteándose hacia donde estaba Jeon para captar cómo el muchacho flaqueaba los ojos levantándose de su lugar. El señor Jeon en cambio, alzó una ceja molesto mirando hacia YoonGi. — ¿Qué demonios hacen aquí los dos? — Se llevó una mano hacia su cara y se devolvió hacia donde estaba el par.
— Buenos días a ti también. — Contestó Jimin con una sonrisa perspicaz. — ¡Hola Niño mimado! — Jeongguk hizo una ademan de adelantarse pero YoonGi le agarró del brazo antes de que siguiera avanzando. Le dedicó una mirada de asco al ver que le tocaba y se soltó con brusquedad para devolverse y entrar en la pista.
— Min ¿Qué significa esto? — Inquirió el padre de Jeon con una actitud completamente enojada. YoonGi soltó una carcajada de amargura y dirigió su mirada filosa hacia el hombre.
— ¿Luzco como si supiera algo? — Preguntó con cierta ironía en su voz.
— Tranquilo, hemos venido a ver a nuestro amigo en su primer día de trabajo. No todos los días se puede ver a dos campeones mundiales convivir como discípulo y maestro. — Jimin soltó las palabras con humor pero con un toque de veneno en ellas. — Además queríamos entrenar, después de todo, el lugar no es de ustedes. — Un brillo malicioso apareció por sus ojos. — Taehyung vamos a cambiarnos. — Ambos desaparecieron por los camerinos.
— Espero...
— No les pedí que vinieran. — Le respondió antes de que terminara la oración, girándose hacia la pista para observar como Jeon daba vueltas mientras calentaba el cuerpo. — Pero puede que nos sirva de ayuda, ya que después de todo yo no le puedo enseñar a Jeon como hacer ciertos circuitos. — Le dedicó una mirada de odio.
— ¿Me lo recalcaras toda la vida? — Más que una pregunta, era una afirmación oculta. — Solo trataba de apoyar a mi familia. — Se cruzó de brazos y observó a Jeon con los ojos brillantes.
— ¿En realidad apoyabas a tu familia o solo te apoyabas a ti? — Preguntó con dolor en sus palabras. — Decidiste romper el sueño de alguien más solo por caprichos. Si tan solo hubieses entrenado al muchacho correctamente no tendrías que haber decidido hacer algo tan grotesco. Si tan solo hubieses sido el padre competente que declaras ser... — La rabia acumulada por años estaba flotando sobre su ser. El dolor de haber perdido algo importante atacó su alma con sufrimientos.
— Estaré en al oficina. — El hombre le dio una mirada de insignificancia y se largó del lugar, dejando a YoonGi completamente estático en su lugar, con la rabia entre sus dientes y garganta, con los labios temblorosos y la mirada puesta en el frío hielo.
— ¿Empezaremos o algo? — Jeongguk le sacó de sus pensamientos. Le miró con una ceja alzada y con los iris en un sentimiento de desdén hacia YoonGi, como si fuera nada más que una insignificante hormiga. — Creo que ya he calentado lo suficiente. — Colocó sus manos detrás de su espalda. YoonGi le miró tratando de ocultar el hecho que estaba a punto de llorar y conectó sus pupilas como si se tratase de un mensaje. Jeon sintió una tristeza abrumadora al ver al pálido tan acomplejado.
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Meraki [Kookgi]
Ficção AdolescenteLa vida de Jeon Jeongguk se podría resumir en una palabra: Victoria. Había estado durante los últimos 12 años preparándose como patinador de hielo profesional, solamente para llegar a la cima; viviendo una vida llena de esperanzas, fraudes, tristeza...