"Nuestro Lugar"
Adria.
Bueno eso de saltarme las clases no fue nada fácil, sobretodo cuando tienes que convencer a tu profesor para que te deje ir con una buena excusa.
Cosa que no tienes Add.
Logré convencer a Gabbs para que me ayudara, así que tomamos un poco de pintura roja del salon de artes y la pusimos sobre mi uniforme y listo: me había bajado el período.
—Profesor, Adria debe irse a su casa ahora mismo — salió mi mejor amiga al rescate.
—¿Debido a...?— enarcó una ceja al notarme en perfecto estado.
— Pues verá, todas las mujeres atravesamos por una etapa cada mes en donde...
—No diga más señorita Coleman— le interrumpió para mirarme que estaba roja como un tomate.
Me puse de pie con la sudadera rodeando mi cintura y me acerqué a él para enseñarle la macha de sangre falsa.
—Señorita Quentin sabe bien que tiene que copiar las clases a las que falte — este hombre me daba miedo —Puede retirarse.
Asentí y recogí mi mochila, le di una mirada a Gabbs que estaba al fondo del salón.
Eres la mejor...
Salí corriendo hasta donde estaba Liam esperándome y casi se me sale el corazón antes de llegar. Estaba recostado de un árbol mirando los autos pasar cuando notó mi llegada.
—Miniature...
Enarqué una ceja— Quiero ver el día en que dejes de llamarme así.
—Cuando alcances mis 2 metros entonces te dejo hablar— rió como un niño pequeño poniéndose a mi lado para comparar estatura.
Bueno, a pesar de mis 1.78 metros tengo que asimilar la idea de que él me lleva por mucho. Por eso me dice Miniature desde que nos conocemos, a su lado solo me veo enana. Hace unas semanas atrás, antes de "aquella noche" logramos medirlo en contra de su voluntad y comprobamos que medía exactamente dos metros, algo poco usual a nuestra edad.
—¿Lista?
—Siempre.
Tomó mi mano y nos perdimos entre las estrechas calles de la ciudad.
Llevamos alrededor de media hora caminando por un vecindario sumamente silencioso, era como una jodida película de suspenso. Las casas parecían de otra época pero bastante costosas, las personas al parecer tenían otro estilo de vida.
Él tomo mi mano enviando una enorme cantidad de emociones a través de ello, estaba anonadada con dicho hecho.
Levanté mi vista cuando nos detuvimos y me di cuenta de que estábamos en frente se una hermosa casa. Al parecer tenía dos pisos, un hermoso columpio en el porche y un jardín delantero bastante descuidado.
—Bienvenida— susurró apretando mi mano para adentrarnos.
Cuando abrió la puerta encontré una sala bien acomodada con tres sillones individuales y un sofá, todos alrededor de una mesita adornada con figurillas de cera fría. En las paredes había retratos de personas que parecen ser los dueños, un tono crema decora las paredes junto a unas pinturas recostadas en el suelo.
En la derecha hay una enorme pantalla televisora con unos cuantos videojuegos en la parte inferior. De momento me detuve al percatarme como me observaba, estaba perdido en mí o mis reacciones.
—Es precioso — murmuré con una sonrisa genuina.
— Aún no haz visto nada.
Me tomó de la mano y seguimos adentrándonos, llegamos hasta una escalera pegada a la pared izquierda forrada completa de un tapiz rojo, que daba a un segundo piso.
—Allá iremos luego— levantó su comisura derecha bastante divertido.
Add, corre antes que te desfloren.
Muy tarde cerebro.
Seguimos por un pequeño pasillo hasta llegar a la cocina que cabe destacar lo amplia que es. Una mesa grande estaba en el centro de esta junto a un refrigerador moderno. Al lado de la cocina encontré una puerta con la señal de baño, supongo que será para las visitas.
Seguí sola hasta el final de la casa cuando encontré una pequeña terraza con un jardín enorme lleno de flores, plantas ornamentales y algunas medicinales, era magia emergiendo de ese lugar. Mi asombro era gigante al nunca pensar que existiera un lugar así en este mundo.
—¿Te gusta? — su voz me trajo a la realidad nuevamente.
Solo asentí porque palabras ahora mismo no encontraba.
—Es nuestra— y con eso me dejó atónita, si antes no encontraba palabras ahora se habían esfumado las pocas que tenía.
Lo abracé como pude toda llena de alegría al saber que ahora estábamos en un lugar seguro para ambos y en donde había conocido una parte de él a la cual nunca tuve acceso, paz.
A pesar de ser un chico alegre, Liam ha pasado por mucho y cuando le conocí no estaba en su mejor momento que digamos. A pesar de toda la luz que le he brindado en los últimos años no puedo decir que ha dejado de estar a la defensiva, como un pie de guerra permanente aunque no ha tenido recaídas.
— Si no hablas pronto tendré que revisar si aún te queda lengua — susurró en mi cuello provocando una fiera interior.
— Eres un idiota— le di un golpecito en el omóplato derecho y me separé de sus brazos.
—Así me gusta.
La curiosidad me picó— ¿Qué es este lugar? ¿Donde están los dueños?
—Esta era la casa de mis abuelos, aquí estuve toda mi infancia hasta que nació Dylan, después de la muerte de mi abuelo la abuela no fue la misma así que murió poco después— la tristeza era clara en su voz cuando hablaba de ello.
—Lo siento mucho— dije buscando su mirada.
— No es motivo para entristecer, la abuela me dejó este lugar para que pudiera escapar de la realidad antes que pudiera matarme, y así lo hice todo el tiempo— me explicó fijo en mi mirada.
Ahora entiendo todas las veces que desaparecía era porque estaba aquí, pasando el tiempo con sus recuerdos y la magia del lugar. Me trajo recuerdos que apretaron mi pecho haciendo que pequeñas lágrimas salieron de mis ojos, no estaba triste pero...
—Quiero que este sea nuestro lugar, donde puedas ser tú misma sin importar más nadie— limpió mis lágrimas con sus pulgares y me besó tiernamente la frente.
—Prométeme que ya no desaparecerás— dije con sus manos en mi rostro.
—Te lo prometo Miniature— murmuró sonriente.
Acercó nuestras narices y en un suave impulso unió nuestras bocas. Ahí estaba de nuevo esa sensación de cosquilleo en el estómago, esas llamadas mariposas ahora cobraron vida y estaban revoloteando en mi interior.
El beso se fue intensificando provocando un latigazo en mi entrepierna sacando los demonios dormidos.
—Hora de conocer el segundo piso.
Susurró sobre mis labios para levantarme sobre su hombro y salir corriendo por toda la casa. Una risa contagiosa me invadió por completo liberando toda la presión que tenía, estaba relajada.
Era libre.
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ADDED
Teen Fiction¿Por qué él? Porque la vida no es justa... ¿Por qué duele? Porque si no es amor entonces no duele. ¿Lo amo? No lo sé, pregúntale a tu cerebro y a tu corazón porqué deciden trabajar juntos cuando lo ven. Tengo miedo. Es natural cuando tienes alg...