ADDED

XXIX

"Recuerdos"

Liam:

El olor a café recién hecho invade a mis fosas nasales, Kat aparece con una tasa de Moccalate y se sienta a mi lado.

—Ya salió el diagnóstico— tomó aire y continuó— Tiene un melioma inoperable alojado en el cerebro.

El silencio inundó el momento, era tan necesario como doloroso.

—¿Ya sabe?

Las lágrimas amenazan con salir de mis ojos, llevo toda la noche con un nudo en la garganta esperando que no fuera nada malo lo que tuviera. Ahora mismo la cabeza está echa un mar de emociones, todos los recuerdos de su sonrisa parecen llegar a mí como una secuencia de diapositivas.

—¿En que piensas?

—En el día que la conocí— respondí tomando una bocanada de aire.

Era un día como cualquiera, uno de mierda. Salí de la Universidad sin mucho ánimo de levantar un bisturí en la clase de cirugía por lo que recibí una infracción y salí de la clase.

Encendí un cigarrillo para olvidar la mierda de vida que llevo.

¡Carajos!

Olvidé el papelillo para enrollar meca, debí haberlo dejado en el aula. Saqué un pedazo de papel del cuaderno y me dispuse a enrolar cruzando la calle, prendí dando mi primera calada.

Lo siguiente que sentí fue el impacto de una goma de bicicleta en mi pierna derecha. Caí al suelo descolocado sin saber el paradero de mi cigarro.

—Hey, ¿estas bien?— una chica hermosa de pelo castaño claro, bien largo hasta la cadera estaba frente a mí con una expresión de preocupación al parecer.

—Yo... estaba cruzando...

—Si si si— me interrumpió— Estabas entretenido mirando el mundo que olvidaste mirar a los lados.

Reí entre dientes al ver sus expresiones y como escuchaba atentamente a una chica por más de 20 segundos, ella sorprendentemente logró llamar mi atención.

—Será mejor que salgamos de la carretera— habló tomando mi muñeca y levantándome.

Llegamos a un pequeño parque, puso su mochila en el suelo y me sentó frente a ella.

—Quédate quieto— musitó mientras curaba los raspones de mi pierna.

¿Por qué se preocupa tanto si apenas me conoce?

—¿Por qué?— pregunté pero ella no contestó, siguió enfocada en mi pierna.

Terminó de curarme y vendarme con cuidado, levantó la vista y quedó fija en mi mirada. Tenía unos ojos cafés enormes que llamaban mucho la atención, sus labios carnosos estaban rosados por la frialdad, sin embargo, se veían preciosos.

Tosí un poco porque tenía muy seca la garganta debido al cigarro. Ella apartó la mirada y buscó en su mochila un poco de agua.