Funny bunny ✧ 𝐒𝐁 𖬺 𝐇𝐊

، little kid 𝄒

Lamentablemente para Hueningkai los fines de semana pasaban demasiado rápido y aquello era su incentivo a odiar los lunes o la mayoría de días en general pero en especial los lunes.

Quizás simplemente porque a partir de ese día debía comenzar a levantarse a primera hora de la mañana y repetir la misma rutina en toda la semana a la espera del viernes para tener otro descanso.

Saliendo de aquello la mañana parecía que iba a ser tranquila...

Bueno al menos eso parecía hasta que el ruido de una cachetada resonó en la habitación del extranjero.

—¿Por qué hiciste eso?— Soobin dejo escapar un siseo mientras tocaba la zona en la cuál fue golpeado.

Hueningkai realmente no sabía en que momento dejó que el chico durmiera con el, pero estaba seguro que la próxima vez sacaría al conejo de su cama... pero a patadas.

—Eres raro, muy raro, así que que no te extrañe que la próxima vez te jale de los pelos—Mencionó alejándose con pereza de la comodidad de su cama para buscar prendas de vestir para asistir a su primera clase del día.

—¿A donde irás?— El azabache preguntó curioso observando al contrario sacar diferentes prendas, aunque en su mayoría eran hoodies de diferentes colores.

—Tengo clases— el extranjero fue bastante cortante ya que en su mente simplemente decidía cuál prenda iba a poner para aquél día pero la idea de ir en pijama era muy tentadora ante sus pocas ganas de querer hacer alguna acción en ese momento.

—Genial ¿a que hora iremos?— La voz del alto era una mezcla de entusiasmo y a su vez curiosidad mientras que el extranjero simplemente frunció el señó y negó con la cabeza.

—Tu te quedarás aquí hasta que yo regrese—Saco otro par de prendas para luego comenzar a probar combinaciones entre estas prendas.

—¿Que pretendes que haga yo aquí solo?— El alto simplemente ya estaba listo para comenzar un berrinche en busca de conseguir su objetivo.

—Duerme, pareces ser muy bueno en ello—El menor tomo sus prendas acompañado de una toalla para salir de la habitación y meterse al cuarto de baño dejando al conejo con la palabras en la boca y con una mejilla roja.