CAPÍTULO CINCO.

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Bitch better have my money!
Y 'all should know me well enough
Bitch better have my money!
Please don't call me on my bluff
Pay me what you owe me
ballin' bigger than LeBron
bitch, give me your money
who y'all think y'all frontin' on?
Bitch better have my money!

-Bitch Better Have My Money, Rihanna

Maximiliano

Labios rojos, ojos azules, alma oscura. Un maldito cuerpo moldeado por los dioses.

Es la mujer más maravillosa del mundo.

He conocido a muchas mujeres en mi vida, de toda clase, pero ninguna se iguala a Thalia ni ninguna podrá hacerlo. Joder, ella es única. Incluso más de lo que era antes.

Los acontecimientos de la noche pasada vienen a mi mente una y otra vez. El momento en que la vi llegar con ese tentador vestido rojo, que hacia resaltar aún más su nívea piel. El sabor de su boca, sus gemidos, la frialdad y la excitación en sus ojos. Ambos tan contradictorios y sin embargo los pude ver en su mirada azul.

Ella arde, pero con fuego helado.

No puedo sacármela de la cabeza. La mujer con la que he estado obsesionado durante los últimos diez años, la que llena mis sueños y mis pensamientos... Solo que no es ella, la chica que conocí era diferente, con ojos luminosos y sonrisa radiante, con sueños dulces e inocentes. Y solo la destroce.

Lo hice, y me arrepiento cada maldito día sobre ello, pero si tuviera que volver al maldito pasado lo haría todo de nuevo, haría lo que fuera por protegerla.

Aunque esta nueva Thalia no necesita mi protección, ella es una reina, es fuerte. La Thalia que conocía ya no está, ésta es fría, poderosa, con los pies bien puestos sobre la tierra y debo admitir que me intriga mucho más que la antigua.

La amas.

Mierda, lo hago, siempre lo he hecho. Pero la idea que tenia de ella es muy diferente a la persona que es ahora.

La hice como es. Y me siento horrorizado y orgulloso de ello.
Un puto dilema contradictorio.

Y su... ¿Cómo lo llamo? ¿Amante? Ese imbécil, odie verla en sus brazos, odie ver su boca sobre la de ella. Lo envidio, porque daría muchas cosas por hacerla mía. Lo daría todo.

Odie la forma posesiva en que la beso, en que la tocó. En otra vida, en el pasado, podría haber matado a cualquiera que se atreviera a mirarla siquiera, era mía para reclamar. Ahora, no lo es. Y eso me jode, de mil maneras distintas.

¿Y cómo jefa? Es espectacular. No estamos acostumbrados a rodearnos de mujeres, es un negocio machista, pero allí estaba ella despertando odio y admiración en todos los malditos imbéciles.

Anoche pude a hablar un poco con los otros jefes todos tienen opiniones similares, que llevan a usa sola conclusión: una perra sin corazón.

Es lo peor que le pudo pasar a la sacra. Una puta mujer que se cree la reina del negocio. Palabras de Federico Bianchi, mi tío abuelo.

Retorcido Poder [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora