𝐼

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Astrid Jones

Era domingo y estaba anocheciendo, Saoirse y yo decidimos salir.

-¿Qué quieres?

-No lo sé... Yo creo que un soufflé de espinacas.

-A la dieta ajá, yo una hamburguesa -Un mesero pasó y Sao le llamó

-¿Qué desean? -Y me quedé como estúpida.

Era el mesero más guapo que habían visto mis ojos, unas cuantas pecas, rizos, labios finos y unos ojos que te embobaban.

-Astrid... AST

-¿¡Qué?! Enfadosa

-Te quedaste como estupida viendo a ese mesero -Rodeé los ojos.

-Pero que cosas dices

-Miré como lo mirabas y no te culpo, es muy guapo. Pero no me lo robaré tú lo miraste primero -Negué-No te hagas, amor a primera vista.

-Hay por Dios Saoirse, solo se me hizo lindo... Nada más.

-¿No tiene forma como de amor de tu vida?

《Tal vez》

-No- Y con eso dejamos el tema

...

-Brindemos por independizarnos- Chocamos nuestras copas.

-Salud- Y dimos un trago de champagne.

Ayer Saoirse y yo nos fuimos a vivir a un condominio y como celebración vinimos a cenar ya que la cocina no es la fuente de ninguna.

-Y porqué tendrás que aprender a cocinar-Sao levantó su copa pero yo no -Bueno, tendremos que aprender a cocinar las dos- Chocamos las copas, de nuevo.

***

Ya habíamos terminado de comer y Saoirse ya había pedido la cuenta

-Oye

-Dime

-Tengo una grandísima idea -Las ideas de esta mujer son muy malas -¿Por qué no le pides el número al mesero guapo?

-¡NO!, ¿Qué te pasa?- Dije al instante.

-Bueno, si es por pena hablarle, lo haré por ti. De nada... Ahí viene

-Saoirse Ronan, ni se te ocurra- Fue lo único que dije por qué ya había llegado.

-Aquí tienen su cuenta, señoritas -Saoirse miró el recibo y me lo dió a mí

Se me había olvidado que Saoirse no trabajaba así que yo tenía que pagar, perfecto.

-Espera...- el mesero estaba apunto de retirarse pero Saoirse lo había parado, cerré mis ojos con estrés a lo que iba a decir.

-¿Necesitáis algo?

-Bueno, no sé cómo decirlo... Mi amiga - No sé atrevería -Quería saber si podrías darnos tu número de teléfono- Y lo hizo.

Sentía que se me iba a salir el corazón, podía verlo ni siquiera, sentía vergüenza.

-Lo siento, no tengo permitido ese tipo de cosas. ¿Ya puedo retirar su cuenta?

-S-sí claro- Nos levantamos de la mesa u nos fuimos del restaurante.

-Muy guapo pero amargado- Rodeé los ojos

-Estaba en todo su derecho, debió pensar que éramos unas hormonadas y todo por tu gran idea.

-No es para tanto, tienes dos años sin que nadie te de cariño, te tengo que conseguir a alguien.

-Tengo que aprender a cocinar rápido. En ese restaurante daban un postre delicioso, ahora no podré.

-Después te lo compró



𝗠𝗲𝘀𝗲𝗿𝗼 ; 𝖳.𝖢 *𝗣𝗔𝗨𝗦𝗔𝗗𝗔*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora