𝗠𝗲𝘀𝗲𝗿𝗼 ; 𝖳.𝖢 *𝗣𝗔𝗨𝗦𝗔𝗗𝗔*

𝑋𝐼𝑋

Astrid Jones

-Nos vemos - dijo.

-Adiós - dije y volví a conducir.

...

Después de estacionar la motocicleta en el garaje del condominio, entre al ascensor y entre a la casa, di un suspiro de cansancio y me tiré al sofá.

-¿En dónde estabas? - Saoirse, no estoy para que me celes, me quedé en silencio mientras miraba hacia el techo; como si fuese la cosa más relevante de la habitación -¡Contéstame Astrid!

-Fui a cenar... Con James.

-¿Solo fue a cenar?

-Por supuesto

-Vale, cuéntame como te fue hoy en el trabajo.

-Pues, fui con la vieja piruja, y para mañana ya no soy gerente.

-Genial, al fin ni te pagaban el doble - reí negando con la cabeza levemente.

-¿Y como va el trabajo de cajera?

- Cansado, pero bueno... no ha tenido ningún problema... por el momento.

-Espero que sigas así.

...

Hoy reconcilié todo el sueño de estas semanas pasadas, ya no tenia que despertarme una hora más temprano, todo regresó a la normalidad. Me levanté, tomé una ducha rápida y me arregle. Hoy estaba de buen humor y no sabia porque.

-Guao, ¿Y esa sonrisita?

-Guao, ¿Y eso que te levantaste temprano?

-Eh... estaba a punto de irme a dormir - la miré con severidad, yo estaba a punto de irme a trabajar y ella apenas iba a acostarse -No me quedé despierta... Vale, sí, pero tengo algunas horas para dormir y no hay nada que un café no arregle, qué tengas buen día, yo dormiré un poco - negué con una pequeña sonrisa en los labios y salí, no sin darle un beso en la frente.

***

Había llegado, solo estaban Sara y James, él siempre tan puntual.

-Que bueno que llegas, Astrid. Con vosotros dos es suficiente para ayudarme a abrir.

'Ayudarme, porfavor'.

Los únicos que acomodábamos todo éramos James y yo, o la gente que llegará temprano, ella solo abría y se sentaba a vernos, como si fuéramos su espectáculo.

-Llegue

-Oh, Emma que bueno que llegas... Ayúdales a vuestros compañeros.

'Joder'

Pensé en mil formas de joder mi día y en lo menos que pensé era en ver a Emma, será un día largo si trabajamos estando en una pelea.

Sin rechistar, se acercó a una de las repisas para acomodarla.

Luego de unos minutos todo ya estaba listo para que lo clientes vengan y compren, que es lo que más me beneficia.

***

Solo, esa era la única palabra para describir como estaba el local. Las veces anteriores habían muchas más personas que las que ahora estaban entrando. Es lógico que muchas personas compren cosas más importantes que perfumes.

-Ast - volteé para encontrarme a Emma -¿Puedo hablar contigo?

-No, estoy suficientemente ocupada esperando a que alguien entré - bajó la mirada con un poco de pena - Bueno esta bien, ¿Qué quieres?

-Pedirte una disculpa; fue tonto enojarme contigo, sé que no puedo obligarte a tener una cita con... - se acercó más y susurró -James.

-Ya. No te preocupes, estas perdonada - sonreí y ella se abalanzo sobre mí dándome un abrazo.

-Que lindo abrazo pero... ¡A trabajar!