8. Sangre.

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Una princesa desquiciada incendia envenena a su hermana, apuñala a su otra hermanastra e incendia todo el castillo con el resto de su familia dentro.

Una joven es secuestrada y violada por 7 hombres, años más tardes estos 7 hombres son asesinados y el autor del crimen dejo en cada cadáver una manzana roja.

Un novio asesinado a sangre fría, la novia raptada por una bestia y la joven se suicida con la esperanza de encontrarse con su amor en otra vida.

Dos hermanas patinando en un lago congelado sufren un accidente, una de ellas muere.

Un matrimonio en la realeza producto de una poción de amor.

Una joven escapa de su casa y vive cerca del mar durante toda su vida.

Una señal en el cielo da inicio a un maleficio que pone a dormir a todo un pueblo.

Estas eran los sucesos desatados por la locura de Cenicienta. También era la excusa perfecta para la madre de Rapunzel, Godel para que su hija no saliese de la torre en la que vivían, la situación por la que pasaba Nunca Jamás tenia a todos los habitantes de cada reino con los nervios de punta.

Rapunzel era una joven risueña, las paredes de su hogar estaban llenas de colores y distintas pinturas que constantemente tendía a retocar. Godel cuidaba a Rapunzel con mayor esmero del que una madre haría pero la chica siempre ha sido enfermiza y sensible, siempre trataba de dejarla sola la menor cantidad de tiempo, había ocasiones en las que Rapunzel entraba en una especie de trance y comenzaban sus alucinaciones.

La primera alucinación que sufrió fue cuando tenía cinco años. "Mama, mi cabello es mágico"

La segunda fue cuando tenía diez años. "Mama, esas linternas mágicas son para mí". Esa noche, ni una estrella alumbraba en el cielo.

La tercera fue la más reciente y la más fuerte. "Tú me secuestraste, no eres mi madre. Yo soy la princesa perdida, tú me robaste." Los reyes nunca tuvieron hijas, solo un hijo varón.

Godel estaba desesperada, las alucinaciones de su hija estaban volviéndose más frecuentes y tenían mayor duración. Unos días antes del cumpleaños de Rapunzel, madre Godel emprendió la búsqueda de una flor con propiedades curativas mágicas. Muchos decían que era un regalo de los dioses, otros agradecían a la madre naturaleza y algunos decían que era un regalo del sol.

Días de búsqueda incansable fueron recompensados, madre Godel encontró la flor que tanto buscaba. Cortó varios pétalos de la flor y emprendió su camino de regreso a casa. Regresar a casa esta vez fue más agotador, llevaba días fuera de su hogar y la preocupación de dejar a su hija sola le pesaba en su ser.

La torre apareció en su vista y con un suspiro de alivio camino más rápido hasta llegar a la puerta escondida, subió la gran escalera en caracol y abrió la robusta puerta entrando por fin a su hogar. Rapunzel la recibió con gran entusiasmo y dentro de sus cabales, hablaron sobre lo agotador del viaje y la promesa de salir de la torre fue hecha.

Promesa que se cumpliría de una u otra manera.

Mientras Rapunzel pintaba otro cuadro, Godel preparaba la flor en un té. Cerro los ojos un momento mientras inhalaba el aroma que salía del té y se lo llevo a su hija. Rapunzel Tomo él té y siguió pintando tranquilamente, pronto anochecía y Godel estaba completamente agotada así que solo comió un poco de pan con mermelada y se durmió.

Los gritos de Rapunzel despertaron a Godel que alarmada se dirigió a la habitación de su hija. El espejo que antes estaba colgado en su habitación se encontraba hecho trizas en el piso, los susurros de Rapunzel eran esquizofrénicos, sus brazos estaban llenos de rasguños y su hermoso cabello había sido cortado por encima de los hombros. Godel estaba aterrorizada de lo que podía haber sucedido si el ruido no le hubiese despertado.

Con lentitud se acercó a su hija pero antes de poder tocarla Rapunzel alzo el brazo y le clavo el trozo del espejo en el estómago. Godel intento hablar pero nada más que sangre salió de su boca, el trozo de espejo le había atravesado el estómago, su sangre era escandalosa y a Rapunzel le calmo ver como esta goteaba.

"Justo necesitaba ese tono de rojo para terminar mi pintura. Gracias, mamá." Dijo Rapunzel antes de remojar el pincel en la sangre de Godel y con tranquilidad seguir pintando en su lienzo.

"Es un tono hermoso para la flor que dibuje." Murmuro al terminar de pintar.

Godel amaba a su hija, tanto que le costó la vida. 

La maldición de Nunca Jamas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora