La maldición de Nunca Jamas.

11.Esclava.

La maldición que se esparció por el pueblo de Nunca Jamás, cientos de personas han desaparecido, los seres mágicos se resguardan en los bosques protegidos y los niños ya no salían de sus casas. Pocahontas era una niña de una tribu indígena ubicada muy lejos de Nunca Jamás cuando llego al continente en una embarcación del Rey Carlos VI, fue raptada de su hogar y fue testigo de cómo su familia y todo lo que conocía era destruido por personas ambiciosas, fueron robados, maltratados y asesinados brutalmente.

Pocahontas fue vendida a una familia de acaudalados duques cercanos a la reina Elizabeth, gobernante de Encanthe. Pocahontas servía a la familia de duques, el personal de servidumbre le tomo cariño a la morena de largo cabello oscuro y le protegieron de todo maltrato, le enseñaron el idioma y las costumbres del lugar.

A pesar de los malos tratos, las constantes pesadillas con su familia y el agotador trabajo al que se veía forzada a realizar, Pocahontas era feliz.

Pocahontas fue feliz hasta la llegada de él. De Jonh.

Jonh Smith era el hijo de los duques y un completo encanto, era culto inteligente y amable. Pocahontas quedo deslumbrada con el apuesto caballero que a partir de ahora vivirían en la misma casa.

El vigésimo cumpleaños de Pocahontas se acercaba, ese día dio inicio a lo que la joven aborigen pensaba sería un amor como de cuento de hadas.

Jonh Smith siendo el hombre culto que era, no soportaba la ignorancia de la joven aborigen, no sabía leer, no tenía modales y seguía siendo tan inocente y pura como una chiquilla. Pocahontas no tardo en caer por Jonh, cayo verdaderamente duro por él.

Y en esa caída comenzó la auténtica pesadilla de la joven morena.

Un día hubo una gran reunión en el hogar de los Smith. Decenas de personas elegantes acudieron al lugar donde una fiesta llena de perversión tuvo lugar. Las pesadas cortinas cubrían cualquier rastro del mundo exterior, la oscuridad era absoluta, algunos lugares eran tenuemente iluminados por la luz de algunas velas, las sombras de las personas mostraban claramente lo que estaba sucediendo.

Pocahontas era obligada a servirles a todas aquellas personas por orden de Jonh, el mismo hombre que le enseño a leer y a tener buenos modales era el mismo que ahora la ofrecía como carne fresca a sus amigos.

"La quiero para mí." Dijo una mujer rubia, tenía los labios rojos como la sangre y una mirada helada. Fue presentada como Lady Rebbeca Smith. Esposa de Jonh.

Pocahontas fue obligada a tomar el vino que le ofrecían, tenía un sabor extraño ya que esa copa tenía vino. "Ven conmigo, esclava mía."

Aunque no quería la siguió y pronto su cuerpo dejo de ser suyo, recordaba las risas, bramidos y el ardor en su cuerpo, el constante vaivén en los grandes y cómodos sillones. El despertar nunca fue tan brusco como el del día siguiente, no estaba en la habitación del servicio, en cambio se encontrada encima de un cojín a los pies de una gran cama con dorsel, sus muslos dolían y ver las distintas marcas en ella le causo repulsión. Intento levantarse pero una gran cadena la retenía por uno de sus tobillos, el sonido de las cadenas moverse alertaron a las personas que dormitaban en el gran colchón.

"Mi querido, Smith. Creo que mi nueva mascota ha despertado." Hablo una voz aterciopelada, era tan suave como la seda y aun así a Pocahontas le resulto repulsiva.

La mujer se paseó desnuda delante de Pocahontas, la examinaba de arriba abajo con ojo crítico, después de un rato la elegante mujer se acercó estando a escasos milímetros de su rostro y dejo un beso en los labios de la aborigen.

"Estas aquí para servirme. A partir de ahora no eres más que mi esclava, vivirás por y para mí y mis deseos."

Ese fue el comienzo de la esclavitud de Pocahontas, para los Smith no era más que una esclava que cumplía con sus deseos.

Cada día el vacío y aberración dentro de ella crecía y así fue hasta el día de su muerte.