"Y al ver los ojos ajenos, por fin pudo comprender todo"
Se encontraba en el sótano del restaurante, habia viajado a Francia, justo como lo habia planeado con anterioridad, eran aproximadamente las dos de la mañana, ya habían cerrado y no se encontraba nadie dentro, nadie más que ellos dos.
Habia dormido con anterioridad al hombre que , ahora se encontraba amarrado a la larga mesa de madera, la humedad se sentía en el aire, pero aquello no parecía importarle en los más mínimo, camino lentamente a la mesa de metal que se hallaba a la derecha de la mesa de madera, tomo con firmeza uno de los cuchillos que reposaban en la pequeña bandeja de plata a espera de las acciones del joven asiático; cuando el cuchillo se encontraba entre sus manos se acerco al cuerpo inerte del hombre, esto gracias al cloroformo usado con anterioridad, se monto sobre el plano abdomen de este, los ojos del hombre comenzaron a abrirse, y el menor de ambos lo recibió con una sonrisa.
-Buenos días bello durmiente -sus ojos formaron medias lunas y una sonrisa de oreja a oreja adorno su pálido rostro- ¿Dormiste bien? -su voz hacia eco en el vacío sótano, el hombre parecía confundido, por lo que el más bajo decidió continuar hablando- hoy, sinceramente, me hiciste enojar, y mucho, llamaste a una de mis meseras, "puta barata", y eso, no lo hace un caballero, a parte de ello, me llamaste "imbécil". Sabes, me molestan las personas como tú, se creen dueños del mundo solo porque cuentan con algo de dinero, y ah... No, yo tengo dinero y probablemente tengo el doble de cifras que tú, pero no por ello alardeo de eso, ni sobajo a mis trabajadores -el terror comenzó a invadir al mayor, el joven sonrió con satisfacción al notar como este veía a todas partes con nerviosismo, mientras una delgada capa de sudor comenzaba a cubrir su piel por culpa del mismo- ¿tienes miedo?, a no te preocupes, no pasará nada malo, mira, hoy ordenaste... Carne cocida 3/4, ¿me equivoco?, no, nunca me equivoco, bueno, verás en este lugar le damos lo mejor a nuestros mejores clientes, yo te consideraba un buen cliente, pero hoy me decepcionaste, el punto es... Esa carne era de uno de los asesinos desaparecidos, supongo que ves las noticias, y si no lo haces, pues, ciertamente eso esta en boca de todos, asi que es casi imposible que no escucharas de ello...
-¿Qué me harás? -por fin el hombre pudo articular palabra, pero aquello no hizo más que enojar aun más al ajeno, el cual frunció el ceño con notable molestia.
-A eso me refiero, ves que mal educado eres, mierda, ¿tus padres no te enseñaron que es de mala educación interrumpir a los demás? -hablo con molestia, pero esa molestia desapareció pocos segundos después- a pesar de ello, me alegra que lo preguntarás, te haré lo mismo que le hice a ellos, cortaré tu carne en pequeños trozos y te convertiré en estofado o tal vez filete, aún no estoy seguro de que final tendrá tu carne, pero de lo que si estoy seguro es que saldrás de aquí en trozos -aquello lo susurro en el oído ajeno, con una sonrisa en sus labios, pudo percibir como el ajeno empezaba a temblar del miedo, y como cada vez comenzaba a transpirar más lo que lo hizo sentir aun más satisfacción.
Por fin se separó del mayor, del abdomen bajo hasta los muslos ajenos, sentándose en estos bajo la atenta mirada del rubio, tomo la empuñadora del cuchillo con firmeza, y enterró la punta de manera lenta en medio de las clavículas del más alto, escucho como un grito ahogado salía de la garganta ajena, y estos incrementaron aun mas conforme su mano iba bajando abriendo el cuerpo por la mitad, apreciando como la sangre emanaba del abdomen del mayor dejando visibles las viseras de este, sus manos se mancharon y algunas gotas carmesí se impregnaron en su ropa, pero él no podía hacer más que sonreír con satisfacción, sus promesas estaban siendo cumplidas y esperaba que donde estuviera el otro estuviera orgulloso de él, porque ese era su único propósito, el cuerpo debajo suyo quedo inerte, y al ver los ojos ajenos, comprendió todo, comprendió de lo que el mayor le hablaba, comprendió lo que sentía y comprendió el por que se expresaba de esa manera siempre...
Fin
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Flesh And Blood (ChanHun)
FanfictionOh Sehun es un reconocido psiquiatra en las cárceles de Seúl, su fascinación por la psicólogia detrás de los grandes asesinos seriales lo ha llevado hasta el famoso chef Park Chanyeol, el cual lo hará darse cuenta de sus más oscuros y tétricos deseo...