El Hielo de mi Vida

Capítulo 9: Dolores para nada agradables

POV'S Jack

—Emma... ¿Qué pasa? ¿Por qué todos están vestidos tan elegantes?—le pregunté a mi hermana al ver a mucha gente reunida en la sala principal con trajes elegantes y muy felices

—Apúrate Jack, ya va a comenzar—dijo tirándome de un brazo hacia el jardín

—No estoy entendiendo nada ¿por qué hay tanta gente?

—No hay momento para bromas, ella ya está lista

—¿Ella? ¿Quién es ella?

—Se ve hermosa, bueno... más hermosa

—¿Quién?—mi hermana me ignoro—Emma, explícame qué está pasando

—Llegó el día—dijo ella—¿Te arrepentiste?

—...¿No?—dije y ella continuó caminando—Me puedes explicar qué ocurrió

—¡Por allá!— dijo señalando hacia una dirección, miré confundido y solo pude ver gente aplaudiendo

—¿Qué hay allá?

—Está por comenzar— mire fijamente el lugar hacia donde mi hermana me había señalado y vi que allí había un arco de flores, en el centro había un ¿sacerdote?

—Felicitaciones, hijo—me dijo mi madre—sabía que este día llegaría

—Estamos felices por ti, Jack— me dijo mi padre

—¡Viene la novia!—gritó Emma...esperen ¿novia?, comenzó la música y una chica vestida de blanco con un velo que cubría su rostro apareció, busque por todas partes al novio, pero no lo encontré, estaba yo solo adelante... eso significa... ¡¿soy el novio?!

—¿Estás listo?—preguntó el sacerdote

—¿Sí?—le respondí

—Entonces los declaro marido y mujer, puede besar a la novia—dijo el sacerdote y yo levante lentamente el velo para descubrir a mi novia, tenía una piel pálida y con pecas ¿Será Elsa? Quería que fuera ella ¿o no?

Ring Ring

Golpee el maldito despertador que arruinó todo. Quería saber quién era esa chica. Me desperté con un cansancio indescriptible, lo único que quería era tirarme en mi cama otra vez y saber cómo continuaba el sueño que había tenido, pero...

—¿Jack?— dijo mamá golpeando la puerta—¿Estás despierto?

—No

—Emma ya se levantó, está tomando desayuno así que apúrate

—Es muy temprano todavía, tengo sueño— me quejé

—Te dije que te acostaras temprano anoche, tú no quisiste por estar jugando ese tonto videojuego

—Sí, lo que tú digas ¿Me puedo quedar en casa hoy?

—No, no puedes

—¡Pero mamá!—le rogué—Me duele mi espalda, recuerda que ayer me golpee jugando hockey

—Entonces no jugarás más

—Bueno, iré hoy, pero no mañana

Sabía que mañana también tendría que ir a clases, pero esa es mi motivación, que quizás hoy me acueste temprano y mañana no amanezca con sueño, también mi motivación para mañana es que no me duela la espalda.

—Llama a Elsa, Jack—me dijo Emma mientras se cepillaba los dientes—llámala ahora, estamos por salir

—Sí, ya sé