Capítulo 10: Temores

137 19 3
                                    

POV'S Elsa

El día de hoy había un clima horrible, las nubes eran oscuras y cubrían toda la ciudad. En el camino a la pista para el entrenamiento de hockey el clima no estaba tan mal, pero de todas formas Norte nos dejó irnos antes a nuestro hogar por la tormenta que se avecinaba.

El entrenamiento ha sido bueno, llevo casi un mes de asistir a prácticas y mis piernas ya se acostumbraron al sufrimiento, claro está que también me he entrenado por mi cuenta asistiendo lo más posible a la pista.

Al llegar a casa después de la práctica fui recibida por Anna:

—¡Elsa, mañana vienen mamá y papá!—me dijo mi hermana emocionada apenas puse un pie dentro del hogar

—Los extraño

—Como cuando llamaron no estabas, les dije que estabas en la casa de una amiga haciendo un trabajo de la escuela

—¿A qué hora llegarán?

—Dijeron que como a las seis de la tarde porque tenían una reunión de la empresa

—Podríamos preparar una gran comida para celebrar que vienen

—Sí, me encanta la idea, buscaré algo interesante en Internet

—Pero que no sean solo de chocolates y dulces—le advertí

—Tranquila, Elsa, buscaré algo delicioso

Anna no se tardó mucho en buscar una receta, pero eran algo difíciles y no nos saldrían así que decidimos que compraríamos un pollo asado y haríamos papas fritas con una que otra ensalada.

Durante la noche el clima empeoró, cuando nos fuimos a acostar empezó a llover muy fuerte, por suerte la casa no estaba tan fría y al poco rato caí dormida.

—Elsa...—me llamó Anna agitándome en mi cama—Elsa, despierta

—¿Qué hora es?

—Las 3 a.m

—¿Qué sucede Anna? ¿Por qué me despiertas a esta hora?—le dije y un fuerte trueno se escuchó cuando termine de hablar

—Tengo miedo—dijo ella abrazando un oso de peluche

—¿Por los truenos?

—Sí, ¿puedo dormir contigo?

—Anna, los truenos no te harán nada

—Por favor, Elsa—se escuchó un nuevo trueno y Anna se metió en mi cama

—Solo por esta noche

—Gracias, Elsa—dijo abrazándome y al osito, parecía una pequeña niña—Me dan mucho miedo los truenos

—Tranquila, no te sucederá nada—le dije, pero aun así se ocultó bajo las sábanas, los truenos se detuvieron al poco rato y ella ya estaba dormida

A la mañana siguiente Anna seguía en mi cama, ocupaba la mayoría de esta y no había soltado el peluche

—Anna, despierta...—dije agitándola

—Sí, sí, estoy despierta...—dijo bostezando y cerrando los ojos de nuevo

—Anna...—no me respondió, entonces tuve que recurrir a un método que siempre me ha funcionado, apreté su nariz para que no pudiera respirar y despertó

—Odio cuando haces eso

—No tenía otra opción, no despertabas

Cuando terminaron las clases con Anna decidimos ir a patinar porque Anna no había usado sus patines aún y quería usarlos antes de que nuestros padres nos visitaran.

El Hielo de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora