Capítulo cinco.

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|Narra Aurora|

Me duele que mis hermanos y mi padre estén así conmigo por querer ser feliz al lado de mi mate. ¿Es tan difícil de entender cuando ellos ya tienen a sus mates? Bueno, excepto Andrew. Por un lado estoy que brinco en un pie emocionada, feliz e ilusionada con que voy a unir mi vida a la del hombre que amo, pero por otro lado me rompe el corazón de que los primeros tres hombres más importantes de mi vida, estén que ni me quieren ver.

Pero para mala suerte de ellos, heredé el carácter y la perseverancia de mi madre, así que es por eso que me dirijo justamente ahora al despacho de mi padre, -futuramente de mi hermano.- donde sé que están todos tres ahí y me van a tener que escuchar así tenga que llamar a mi mamá para que ponga el orden.

Llego al lugar y entro enseguida sin pedir permiso y sin importarme si están en alguna reunión o están viendo algo indebido. Hago tanto ruido con la puerta, que en efecto me gano la atención de ellos tres.

- ¿Qué necesitas? Aquí no está tu perfecto mate. - el primero en abrir la bocota es Andrew. Tan mordaz como puede.

No sé porqué, pero siempre he sentido que el más resentido es él. Siempre fuimos uña y mugre a pesar de que mi gemelo era Tony. Supongo que mi hermano estaba lo suficientemente ocupado entrenando para ser el próximo alpha, que no tenía el tiempo necesario para crear ese lazo conmigo. Aún así, éramos los tres mosqueteros contra el mundo.

- Tranquilo, que no he venido a buscarlo a él. -respondo de igual manera, tratando de tragarme el nudo que se ha creado en mi garganta.

Andy me mira, pero enseguida vuelve a desviarla.

- Vengo a hablar con ustedes... - agrego con voz trémula.

¿Dónde quedó mi seguridad?

- Pues siéntate y dinos. - está vez es mi papá. Al parecer mi mamá le dijo algunas palabras y no está tan molesto conmigo.

O también pudo ser que se enojó con él y no tuvo más remedio que aceptar mi situación.

Me acerco hasta donde están las dos cómodas sillas que se sitúan al frente de el escritorio del despacho. Mis dos hermanos están sentados ahí y mi papá en su silla. Me acerco a mi papá, puesto que sé que con los otros dos por ahora nada de nada. Me siento en su regazo como cuando era pequeña y él me recibe. Aclaro mi garganta un poco mientras escojo mis palabras, antes hablar.

- Yo... Entiendo su actitud en estos momentos. Pero, no la acepto. -inicio.- Saben que Killian es mi felicidad, saben que estoy demasiado feliz con la idea de vivir a su lado.

«- Los entiendo porque así mismo me sentí cuando Tony me dijo que planeaba vivir con Venus una vez fuese el nuevo alpha. Así como también sé que me sentiré en el momento en el que Andy pase por lo mismo. Lo considero normal porque en mí está el pensamiento de que su atención se me será arrebatada y me aterra eso como a nada.

Suspiro temblorosamente, estoy que me echo a llorar pero debo controlarme para dar a entender mi punto y que todo entre nosotros se resuelva.

«- Si Killian no me hiciera feliz de la manera en la que lo hace, o no me sintiera cómoda con él, les aseguro que no me iría a ningún sitio. Pero sucede que sí, él es el nuevo núcleo de mi felicidad, pero esta no estará completa si ustedes están así conmigo. -finalizo agachando la mirada cuando veo que se quedan callados.

Pasan minutos en un terrible silencio, cuando es mi papá quien inicia. Suspira y se remueve acomodándose para que yo lo mire.

- Eres mi pequeña, la copia perfecta de tu madre, mujer a la que amo más que a mi vida. Para mí es duro separarme de tí y te juro que trato de entender y llevarme bien con tu mate. Desde siempre tuve que morderme la lengua cuando venía a verte. Un dolor se incrustaba en mí cuando tú le sonreías a él o le prestaba atención. -hace una pausa haciendo el mismo gesto que yo, de carraspear para aullentar el sentimiento feo.- Pero en mí está el verlo como un enemigo por arrebatarme lo que es mío. Sé que es natural, que tú algún día lo encontrarías y eso está bien, pero para mí siempre será un sarnoso al que querré matarlo a cada segundo.

Alpha Killian ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora