Alpha Killian ©

Capítulo doce.

(Killian)

— Te comento que así fue como sucedió todo, tú más que nadie sabe de mi progreso como alpha.

— Entonces no entiendo la necesidad de su visita, algo has de haber hecho mal. — me acusa.

Sigue empedernido en que estoy haciendo cosas turbias.

— He ahí el detalle, que no he hecho nada mal. He tratado de mejorar en todo lo posible para tu hija. — me defiendo. — Kyle, ¿Por qué no vinieron cuando estaba haciendo y deshaciendo? Justo ahora cuando todo está marchando de la mejor manera.

— No te creo.

Kyle es un hueso duro de roer y ya me está hartando.

— Mira, yo aquí no he venido a darte explicaciones ni mucho menos. Tan solo te estoy poniendo al tanto porque ahora nos une un vínculo muy importante que es tu hija.

— Me preocupa ahora que vaya a tu manada con un demonio del consejo que es demasiado sospechoso. Le prohibiré los viajes hacia allá. — dice y yo me levanto furioso.

— No te atrevas que no lo voy a permitir. — digo y él se levanta conmigo.

— Estás en mi territorio y estás hablando de MI hija, y a ella puedo prohibirle lo que quiera.

— Es mi mate y sabes lo que eso acarrea, la necesito más que nunca.

— ¡Pues te las arreglas como puedas! A mi hija no la vas a usar a tu beneficio.

— ¿Cómo te atreves a insinuar semejante estupidez? La amo, ¿Qué no lo he demostrado todos estos años? Estoy cansado de tratar de ganarme tu bendición para mi unión con ella.

— ¡Pues entonces no sé qué haces aquí! Lárgate, no te quiero con mi hija. Así me toque hablar con una bruja para que rompa el vínculo.

Me quedo mudo, totalmente paralizado ante lo que acaba de decir. ¿Tanto me odia? ¿Tanto que es capaz de hacer tal crueldad?

— Kyle, — hablo ahora más calmado. — Yo he venido en búsqueda de tu apoyo en esta situación por la que estoy pasando, solamente porque tu hija me motiva a hacerlo. Yo no la quiero a ella por un motivo de interés o beneficio, si hago todo lo que hago, es solamente para y por ella.

«— He tratado siempre de hacer lo mejor y de resolver todo para una estabilidad para ella, ¡Todo para ella! Y ahora vienes a decir que solo la quiero para beneficio mío, pero te has pasado de la raya y eso no lo voy a olvidar tan fácilmente.

— ¿Me estás amenazando?

— Tómalo como quieras. Hice de todo por tu permiso para estar con ella pero ahora no me va a importar.

— Mi hija no va a estar contigo, hagas lo que hagas.

— Papá... — escuchamos una voz y luego la puerta es abierta.

Volteo y veo a Andrew.

— Dime qué es broma lo que acabo de escucharte decir. — exije. Parece enojado.

— No lo es, ¿Por qué?

— No puedes entrometerte en una unión de mates. — le reclama y yo me le quedo mirando sorprendido de que me defienda.

— ¡¿Pero qué estupideces dices?! Puedo y lo haré.

— Se lo diré a mamá. — me mira. — Tú no eres mi persona favorita, pero no por eso querré alejarte de mi hermana sabiendo que eres su felicidad. Así que no permitiré que esto pase. Papá, — lo mira ahora a él. — Te has pasado, ahora enfréntate a la furia de mi madre porque se lo diré. — sentencia y yo quiero sonreír y abrazarlo agradeciendo, pero sé que me pateará.