Verla a ella y sentir de inmediato esa paz, me hace sentir el lobo más afortunado de todo el jodido mundo. Su carita toda tierna y rojita, su cabellito castaño como el de su madre, sus manitos y piecitos tan pequeñitos; toda ella es pura belleza y perfección. ¿Y lo mejor de todo? Que es toda mía. Ni su padre ni nadie me va a impedir que la reclame como tal.
Sé que soy un maldito que tiene milp problemas encima y que no la merezco, pero prefiero ser un egoísta y tenerla a ella a mi lado para siempre que simplemente renunciar a todo lo que pueda ofrecerme su compañía.
Debo solucionar todo lo que he causado para que en un futuro que venga a llevarla conmigo a mi manada, tenga un lugar seguro y digno en donde poder vivir. Sé también, que es demasiado pronto para hablar así, pero en mi naturaleza, está el hecho de que ya la tengo conmigo y me es inevitable planear una vida a su lado. Que sea mi mujer, mi luna, la madre de mis futuros cachorros y que con ello, me haga feliz, me de la paz que necesito.
Voy a hacer hasta lo imposible, así tenga que condenar mi vida al diablo, por hacer de mí el mejor hombre para ella. Quiero que en el futuro, esté orgullosa de mí. Que esté plena al sentirse conmigo. Mis emociones y sentimientos están al tope y ahora dependen de esta personita que cargo en brazos. Dependen de lo más puro y perfecto que he conocido jamás.
En la vida, no tengo a más nadie. Mis padres murieron cuando el ataque masivo de los cazadores y vampiros contra las manadas de Canadá; quienes eran lideradas por los padres de Kyle y los míos. Ambos pares de líderes murieron en aquella batalla por defender a los suyos.
¿La diferencia? De que Kyle al menos quedó con sus hermanos y una nana. ¿Yo? Con un tío que me mantenía en un régimen duro. A mis trece años ya sabía manejar una manada, ya sabía pelear cuerpo a cuerpo en ambas formas. Ya sabía disparar y también sabía blandir una espada. El único familiar que tenía, terminó muriendo cuando por ira y celos, asesinó a su propia mate. Todo el mundo sabe lo que viene después de eso. Murió de tristeza y añoranza. De culpa y odio. Terminó suicidándose en mis narices siendo yo apenas un adolescente. Mis padres entonces, no alcanzaron a tener más hijos y al resto de mi familia nunca la conocí.
Por suerte, conocí a Kyle, pero un tiempo después pasó aquello y nos distanciamos, ¿Quién iba a decir que años después su hija sería mi razón de existir? Puede que él me siga odiando, y puede que yo siga siendo un maldito solitario. Pero, ahora tengo a mi pequeñita, a quien cuidaré con mi vida de ser necesario. Teniéndola ahora a ella, ya no me siento tan solo. Con solo mirarla ya me siento agradecido con la diosa luna, porque me ha dado una nueva oportunidad de enmendar mis errores, una nueva oportunidad de ser feliz.
— Kyle te matará cuando sepa que estás aquí. — me sobresalto un poco al escuchar la voz de Rose.
Enseguida me muevo un poco para seguir mimando a mi princesita. Me temo que estaba tan ensimismado viéndola, que no me di cuenta de que Rose se acercaba.
— Ya mismo me iré, solo necesitaba verla. — respondo sin quitar la mirada de Aurora.
— Por mí no te preocupes, sabes que no me opongo a los designios de la diosa. Cualquier riesgo, tú tranquilo que yo domaré a Kobu. — sonrío y ahora sí alzo mi mirada para fijarla en mi futura suegra.
Está arrecostada en el umbral de la puerta, cruzada de brazos y con una suave sonrisa viendo hacia nosotros.
— Gracias. — agradezco sincero de que al menos ella entienda y me deje ser feliz por escasos minutos con mi mate.
Asiente de acuerdo y yo vuelvo a fijar mi mirada en ella. Totalmente embobado.
— Ya me tengo que ir, pero regresaré. Lo prometo. — digo en un susurro para ella.
Entierro mi nariz en su cuellito para aspirar su dulce y tierno aroma a bebé. Es lo único que necesitaré para afrontar mi día a día. Luego, pego mi frente en la suya y ya siento mis ojos cristalizados ante el pensamiento de que me tengo que ir y dejarla. Es muy duro despedirme, pero que todo esfuerzo valga la pega por ella. Y sólo por ella.
La meto nuevamente en su cuna junto a su hermano y mezco un poco para que se relaje. Le he dejado mi aroma para que ningún otro se le acerque y para que ella se sienta tranquila mientras yo no esté.
Me retiro de la manada de Kyle sin más, andando lo más rápido posible hacia la mía.
Llego a mi casa, —que a diferencia de Kyle— es una cabaña de tamaño considerable, es la más lejana a la manada. Necesito privacidad. Pienso en ampliarla y renovarla a lo moderno pero sin quitarle lo acogedor y sencillo. Quiero que Aurora se sienta cómoda aquí cuando venga.
Voy directo a una de las habitaciones que he tomado temporalmente como mi despacho. Vaya que estaba desorganizado, pero eso ya va a cambiar.
*— Milo, te necesito aquí. — me comunico con mi beta por medio del vínculo de manada que tengo establecido con él. Recibo su afirmación casi de inmediato y media hora después ya está entrando al lugar.
— ¿Me llamó?, alpha. — dice en su pose de rectitud.
— Sí, relájate y siéntate. — le digo y en su expresión noto duda, pero finalmente obedece.
— ¿Para qué soy bueno?
— En estos momentos, para todo. — me acomodo en mi sillón quedando ligeramente arrecostado en su espaldar. — Sabes que he encontrado a tu luna, — inicio y veo que una sonrisa se intenta asomar en su rostro. — Es por eso que quiero cambiar.
— ¿Qué quiere cambiar?, ¿La casa? Yo conozco a alguien que sabe del tema y le quedaría perfecto. — asiente y yo lo imito.
— No cabe duda de que sí, pero de la casa me encargo yo personalmente. — es obvio que quiero ser el único que meta mano en lo que será mi hogar con mi pequeña. — Pero con "cambiar" me refiero a mi actitud. Quiero que todo vuelva a ser como antes. Quiero que Aurora se sienta cómoda aquí en la manada a futuro y sobretodo, se sienta orgullosa de mí. Sé que será difícil, pero no imposible. Es por ello, que te necesito.
Él me escucha atento mientras yo estoy muriendo lentamente. Para un alpha, su orgullo de macho está en jaque cuando pide algún favor. Pero siempre pienso en que todo es por y para ella. Quiero hacer mi mejor esfuerzo.
— En ese caso... — titubea y no hace falta que me diga más. Sé que estoy undido hasta los colmillos por todas las estupideces que cometí. — ¿Me permite serle sincero?
— Claro, dime. — digo con mi rostro apoyado en mi mano.
— No creo que logre hacer todo eso que dice. No en poco tiempo. Mucha gente está resentida con usted por todas las injusticias. Incluso yo lo estaría si no supiera por lo que estaba pasando. Debe tener paciencia, recuerde que su luna aún es una bebé, tiene tiempo de sobra.
Suspiro totalmente agotado, mentalmente. He asesinado gente de mi propia manada, he quitado dinero, he separado a mates por el simple hecho de que yo no tenía a la mía, porque la creía muerta. Que marica fuí.
— Pero... — vuelve a hablar ganándose mi atención no por completo. — Puede empezar restituyendo las casas que por ira, destruyó. También dele alguna comisión para que compren víveres. Sinceramente se pasó, tanto, que parecemos en un apocalipsis en el que haya que sobrevivir por comida, agua y vivienda.
— ¿Tanto así la he jodido?
— Tanto así. — afirma.
Vuelvo a suspirar.
No puede ser, es el lugar que mi padre sin saber que iba a morir, me confió. ¿Y yo qué hice? La destruí a la primera cosa que pasaba. Debo reconstruir todo, no solo por mi luna sino por mí y por la memoria y legado de mis padres. Por su honor.
— Que así se haga, entonces. — dicto decidido.
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Alpha Killian ©
Manusia SerigalaCOMPLETA/TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. [Hermosa portada hecha por @Limberem]