—Está bien, saldré contigo —aceptó Camila para felicidad de Gabriel quien tenía una sonrisa en el rostro.—¿Qué te parece el cine?
—Perfecto. Ahora dime que traes en las bolsas.
Poco a poco fueron desembarcando las bolsas de la compra que había hecho Gabriel dos días antes y había dejado olvidada en uno de los gabinetes. Entre los productos había desde frutos secos hasta vegetales.
—¿En serio piensas hacer bombones con esto? —pregunta Camila tomando una lechuga y un bote con apio.
—Había olvidado que eso estaba ahí.
—Me doy cuenta.
Separando algunas de las cosas que compró, Gabriel dijo:
—¿Qué crees? ¿Puré de mango, mermelada de frutillas, pasas o pistachos?
—Con puré de mango no sé, pero lo demás suena bastante delicioso —contestó ella con sinceridad.
—Bien, entonces mango es.
Ante su comentario Camila se quedó boquiabierta.
—¿Para qué me pides mi opinión si al final vas a hacer lo que te da la gana?
No obtuvo respuesta ante su pregunta, Gabriel solo sonrió con superioridad haciéndole saber que solo era para molestarla, pero aun así, él tomó el puré de mango para los bombones.
Iba a ser un verdadero desastre.
♡ ♡ ♡
Cinco horas más tarde salieron de la chocolatería poco después de haber cerrado la caja por el resto del día. Mientras caminaban hacia el auto, un chico de diez años se acercó corriendo a ellos y chocando contra Camila y haciendo que cayera sobre Gabriel, quien rápidamente la agarró antes de que terminara en el suelo.
—¿Estás bien? —preguntó rápidamente él con preocupación.
—Sí, estoy bien —contestó la rubia—. Gracias.
—Venga, sube al coche antes de que otro niño decida que es buena idea atropellarte.
—Muy gracioso, señor Navarro... muy gracioso —dijo ella sin una pizca de gracia en su voz.
Después de un viaje de aproximadamente diez minutos, Gabriel aparcó el coche en frente del cine Phenomena Experience. Posteriormente entraron y rápidamente ubicaron la fila para lo boletos.
—¿Ya decidiste qué quieres ver? —pregunta Gabriel a Camila mientras esperan su turno.
—Por una vez te voy a dejar elegir la peli. Voy a comprar palomitas —antes de marcharse se volteó y dijo “amenazante”—. No me decepciones.
—Nunca —aseguró con una sonrisa en su rostro—. Palabra de scout.
Esa frase dejó a Camila pensando por unos segundos.
—Tú nunca fuiste scout.
Ante su comentario, Gabriel le dio una sonrisa de oreja a oreja como diciendo «Ya lo sé, solo quería molestarte».
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La Dulce Esencia
Lãng mạnDespués de haber pasado los últimos cinco años en Francia, un joven maestro chocolatero se muda de regreso a su pueblo natal tras la muerte de su padre. Con el objetivo de ayudar a su madre reabre la pastelería familiar, que en poco tiempo alcanzó g...