Alfas VS Omegas (Harry Potter)

Capítulo 17

¿Cómo coño habían llegado a esa situación?

Severus no sabía que había pasado, bueno si lo sabía, pero le sorprendía que no hubiera sido culpa de Bellatrix.

-Lo siento- dijo Arthur- han sido las hormonas.

A su lado Nott suspiro, si su cachorro se parecía a su madre estaba jodido y más con Bellatrix como autoproclamada madrina.

-No es culpa tuya- intento animarlo Regulus.

-¿Cómo qué no?- pregunto Lucius con sorna- que yo sepa es el único culpable de que al viejo le diera un infarto.

Severus inclino la cabeza y tiro de sus pelos mientras se quejaba con voz queda. ¿Cómo había salido todo tan mal?

Había ido a la mansión Prince he intentado mantener una conversación con su abuelo el cual resultó ser un viejo anticuado que le odiaba. La presión creada por el grupo de omegas fue intensa, pero el anciano la soporto con ceño fruncido, incluso las amenazas de Bellatrix no consiguieron nada y eso que podrían haber sido pensadas por una psicópata asesina perfectamente. Entonces el maldito viejo se metió con Arthur, ¿quién en su sano juicio llama a un omega embarazado horno defectuoso?

-Estoy en la mierda- se quejo Severus, había llegado a un acuerdo con Grindelwart, sino lo cumplía estaba en problemas.

-Aunque Nott también es culpable- afirmo Lily mirando al alfa- no podemos culpar solo a Arthur.

Eso era otro problema. Tras el infarto no tuvieron mejor idea que llamar a los alfas para ayudarles a trasladarlo a San Mugo debido a que los nervios les inundaban, ¡Quién en su sano juicio pensaba que Nott iba a prender fuego a la mansión!

Severus le lanzo una mirada asesina al alfa, culpa suya una mierda, había sido provocado por Arthur que se lanzó a los brazos de su compañero llorando desesperadamente, ese omega era una serpiente en el cuerpo de un león.

El omega sintió una mano en su hombro. Sirius no se había separado de su lado, lo cual agradecía, necesitaba todo el apoyo posible para solucionar la situación y parecía ser que Sirius era el único cuerdo allí, lo cual era un verdadero problema.

-A mi no me culpes- se defendió Nott- la culpa es de Potter y Lupin, ¿de verdad era necesario amordazar al elfo?

-Estaba amenazando con llamar a los aurores- contesto James- teníamos que impedirlo.

-La casa estaba en llamas y su amo había sufrido un infarto- dijo con obviedad Lucius- ¿Qué esperabas? ¿Qué te invitara a té?

-No vayas de listo princesita- interrumpió Barty- que vi como tú y Lily escondíais los polvos de la red flu.

-Lucius- regaño Severus.

-Ese cabrón me llamo nenaza y me comparo con una puta mugle- se defendió Lucius.

-Yo solo quería que sufriera un poco más- dijo Lily- y tú tampoco eres quien para decir nada Crouch, dejaste al viejo caer por las escaleras para acosar a Peter.

-¿Y por qué no solo culpamos a Bella?- pregunto Rabastan mientras acariciaba dulcemente el cabello de Frank- siempre suele ser la culpable de situaciones así.

-¡Y una mierda!- grito la omega al alfa que era golpeado por su hermano- para una vez que no soy culpable no pienso cargar con el marrón.

-Eso de no culpable es discutible- dijo Frank- creo recordar que lo amenazaste con llenarle los pantalones con hormigas carnívoras.

-¡Cerrar la boca!- grito Severus- como escuche a alguien en la próxima hora va a agradecer estar en un hospital.

El silencio inundó rápidamente el lugar, nadie se atrevía a contradecir al enfadado pelinegro. Los minutos pasaron lentamente y para cuando la enfermera llamo a Severus la mayoría se habían quedado dormidos en incomodas posiciones sobre las sillas.

Te acompaño- dijo Sirius a su lado- y no admito un no.

Los jóvenes acompañaron a la enfermera a un cuarto de un blanco inmaculado, debido a la posición de la familia Prince la sala donde se encontraba el mayor contenía todas las comodidades necesarias para el hombre.

-Sin duda eres una desgracia para la familia- comenzó el anciano al ver entrar a su nieto- mira que no ser capaz ni de matarme, no vales para nada.

Severus le miró con ojos asesinos.

-Me alegra saber que estas bien- dijo con fingida preocupación.

El anciano no se dignó ni a mirarlo sino que analizaba a Sirius a su lado.

-Permítame presentarme- dijo el alfa al sentir la mirada sobre él- Sirius Black, primogénito de la venerable Casa Black.

-¿Cómo alguien de tu nivel se puede juntar con ese engendro?

-No lo llame así o el infarto será lo mínimo que sufras.

El anciano, para sorpresa de ambos sonrió ampliamente.

-Vaya veo que mi nieto no es tan estúpido como yo pensaba- comenzó- hagamos un trato Severus, cásate con Black, conviértete en su omega, vuelve a recuperar el orgullo de lo Prince que perdimos gracias a tu madre y votare a favor de Grindelwart. Para que veas que no es mentirá no os denunciaré a tus amigos y a ti por lo sucedido.

Severus miraba boquiabierto al hombre, era un maldito manipulador.

-Será todo un honor desposar a su nieto- hablo rápidamente Black mientras rodeaba con su brazo la cintura del omega.

-Perfecto- contesto el mayor sin preocuparse por la respuesta de su nieto- les doy un mes para prepararlo todo.

-Preferiría hasta final de curso- habló Sirius- quiero asegurarme de terminar mis estudios adecuadamente, no creo que sea problema pues las elecciones se celebraran un mes después de nuestra graduación.

El hombre asintió con una sonrisa.

-Entendido, sino os importa me gustaría quedarme solo, el medimago me ha aconsejado descanso.

-Por supuesto, ha sido un placer conocerle.

Sirius agarró del brazo a un shockeado Severus y lo arrastro fuera del lugar, la sonrisa del alfa era deslumbrante.

-Lunático, Cornamenta, Colagusano- gritó el alfa despertando al grupo- hay que prepara una boda.

-¿Quién se casa?- pregunto una adormilada Lily.

-Yo y Severus- dijo con una sonrisa sorprendiendo a todos.

-¿Cómo?- pregunto Lucius corriendo hacia su amigo que estaba con la cara completamente blanca.

-El cabrón de mi abuelo- fue lo único que contesto.

-Sinceramente me cae bien ese viejo- dijo con burla Sirius, minutos después estaba vomitando babosas, con la piel rosa, los brazos como tentáculos y murciélagos salían de su nariz.

Severus, Arthur, Lucius y Nott habían hechizado sin piedad al chico y, tal como dijo Severus, Sirius se alegro de estar en un hospital.