Capítulo 28

5.5K 693 60
                                    

Arthur se sentía verdaderamente cansado, llevaban todo el día ocultándose en aquella tienda, alertas y temblando cada vez que la campanilla sobre la puerta sonaba. Había sido un verdadero milagro que Ollivander accediera a ocultarlos durante la noche teniendo en cuenta que el ministerio tenía un ojo sobre él siempre debido a que era un omega soltero y con empleo propio.

Habían salido hacía cuatro días de su pequeño escondite en el bosque junto a Grimmauld Place en el que habían pasado aproximadamente dos días. El lugar resultaba más peligroso de lo pensado, había unos tres aurores patrullando por cada kilómetro.

Arthur suspiró, en el poco tiempo que llevaban en aquella tienda les había dado ocasión a escuchar varias conversaciones e incluso robar algún que otro periódico de los bolsos de los despreocupados clientes. El ministro había jugado sus cartas desesperadamente y con la ayuda de las grandes casas mágicas más conservadoras había conseguido convertirlos en terroristas que amenazaban el orden social consiguiendo la mayoría de la aprobación popular, implicando un aumento en las encuestas antes de las elecciones.

El pelirrojo miró a sus compañeros, todos mostraban la misma mirada de miedo.

-Arthur- llamo Regulus- ¿lo sientes?

El león quiso negarlo, pero las silenciosas lágrimas en sus ojos lo traicionaban. No quería creer que eso fuera posible, que hubieran de verdad atravesado las miles de barreras de la casa Black pero sus sentimientos no le engañaban. Cuando estudio esa teoría en clase la asocio rápidamente con su madre, aquella capacidad propia de los omegas de saber cuándo su cachorro estaba mal, capacidad que se perfeccionaba hasta ser capaz de diferenciar cual era el sentimiento exacto que perturbaba a su cachorro.

Arthur y Regulus no habían llegado a tales extremos, pero la pequeña presión en sus corazones tras la separación con sus bebes había aumentado dando a entender que estos se encontraban en peligro.

Ambos omegas se abrazaron.

No hacía falta que nadie se lo dijera, Grimmauld Place había caído y con ello sus compañeros y cachorros peligraban.

-Tenemos que cambiar el plan- dijo Lucius llamando la atención de los demás- si tardamos muchos los perderéis para siempre.

El silencio reinó, incluso Bellatrix sabía que era una idea descabellada.

-¿Y cómo piensas hacerlo?- pregunto la morena- necesitamos una forma de entrar y salir del ministerio sin ser vistos, Arthur podría sin problema ya que es animago, pero nosotros no.

-O si- dijo Regulus- si Arthur nos enseña a ser animagos.

-Yo...yo- balbuceo el pelirrojo- no se como lo hice, simplemente quería protegerme junto a Bill.

-En Flourish and Blotts seguro que hay libros acerca de como ser animagos- hablo Severus- solo necesitamos que Arthur se cuele y tome prestados algunos.

-¿Por qué no esperamos a que amanezca y Ollivander nos los compre?- interrogo el pelirrojo.

Las serpientes sonrieron ante lo preguntado por el inocente león.

-Por que entonces habrá pasado demasiado tiempo valioso, necesitamos aprovechar cada minuto- contesto Severus.



Lily caminaba en silencio por los pasillos del ministerio, hacía tan solo tres días que el profeta anunció la caída de la casa Black junto con la recuperación de los omegas embarazados y ligados, así como los pocos bebés nacidos, entre ellos Bill y Cedric.

La pelirroja chasqueo la lengua, habían tardado demasiado en robarle la poción multijugos a Slughorn y poder salir de los límites de Hogwarts. No entendía porque los aurores seguían rodeando el castillo si ya habían capturado a todos los omegas.

Lily giró hacia la derecha adentrándose en uno de los ascensores vacíos. Con rapidez, de su bolsillo, emergió una pequeña rata que desapareció de su vista en la primera planta. Lily esperaba que Peter estuviera bien.

El plan era sencillo, el ministerio era lo suficientemente grande como para no descubrir donde tenían preso a los cachorros por lo que había que revisar cada planta y oficina. Lily había recurrido a sus amigos con la idea en mente, sorprendiéndose de que todos los alfas se negaran, no podían permitirse perder a otro compañero, esperarían a las elecciones, pero la pelirroja sabía que sería demasiado tarde.

Junto a Rita, Xenophilius y Peter habían intentado convertirse en animaga sin éxito por lo que el plan cambio. Mientras los tres animagos inspeccionan las diferentes plantas ella, con ayuda de la poción multijugos, se haría pasar por la esposa del ministro intentando sacarle de esa manera algo de información.

La oficina del ministro estaba impecablemente limpia, tanto que ni siquiera el ser encontraba. Lily con rapidez comenzó a buscar entre las estanterías algún documento que le permitiera obtener algo de información.

El tiempo pasaba más rápido de lo que ella esperaba llegando a pasarse por completo el efecto de la poción multijugos. Lily apartó un mechón rojo de su frente, no pensaba tomarse la siguiente dosis estando sola, tenía que aprovecharla al máximo.

-No hay nada- suspiró la pelirroja mientras se sentaba en el suelo.

Lentamente la puerta se abrió o eso le pareció pues nadie entro ni salió del lugar.

-¿Pelirroja?- oyó que alguien le preguntaba.

Lily miró a su alrededor asustada. Frente a ella Rodolphus apareció tras quitarse la capa de invisibilidad de James.

-¿Qué haces aquí?- pregunto el alfa.

-Eso debería preguntarlo yo.

-He venido a buscar donde están los cachorros.

-¿Creía que no ibais a ayudarnos?

-¡Claro que no!- exclamo- lo que no queríamos es que vosotros os pusierais en peligro.

Lily suspiró.

-¿Quién más esta dentro?- pregunto.

-Potter, Nott, Diggory, Crouch y mi hermano- contesto- Narcisa y Lupin están en los alrededores observando quien entra y sale.

-Mierda- dijo la pelirroja- Frank también está afuera con la poción multijugos.

-Pues Regulus también está afuera- interrumpió una tercera voz- aunque creo que el actualmente es un colibrí.

Rodolphus y Lily miraron sorprendidos a Lucius el cual se encontraba sobre la mesa del escritorio acariciando su ya prominente barriga. Su pelo se encontraba desordenado y sucio; y enormes ojeras cubrían sus mejillas, aun así su belleza seguía siendo deslumbrante.

El omega fue abrazado fuertemente por sus dos amigos entre lágrimas.

-¿Qué haces aquí?- pregunto la pelirroja.

-¿Y Bella?- pregunto Lestreage.

-Tranquilos, tranquilos- dijo Lucius- Primero, hemos venido a por los cachorros. Segundo Bella y Sevi se encuentran en las plantas inferiores y Arthur en los subterráneos.

-¿Subterráneos?- preguntaron ambos.

Lucius rio.

-Hemos entrado por separado-comenzó el rubio- y hemos quedado en la zona subterránea, donde seguramente tengan a los cachorros.

-¿Y tú entonces que haces en la planta superior?

-Me encontré con Rita- dijo como única explicación- esta enviando a todos allí, incluso a los que están fuera, solo quedamos nosotros en ir hacia allí.

Omega y alfa asintieron.

-Perfecto, os espero en el subsuelo, se accede por el despacho B de la primera planta, la librería es falsa- finalizó.

-Un momento- llamó Lily- ¿cómo sabes dónde está cada uno?

-Nos contactamos con esto- dijo Lucius mostrando una pequeña moneda en su mano, posteriormente se transformó en un elegante hurón albino y desapareció de la vista de ambos.

Alfas VS Omegas (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora