Capítulo 2

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Severus caminaba tranquilo hacia la biblioteca. Había pasado una semana desde que los alfas se habían mudado a Hogwarts y ese era uno de los únicos momentos que podía tener en paz, cuando el equipo de Quidditch de Gryffindor entrenaba.

En siete días Severus había memorizado todas las clases y actividades de los alumnos de último curso de Gryffindor y era entendible para cualquier habitante de Hogwarts. Desde que los alfas llegaron se había desatado un infierno para los omegas y la culpa era de Bellatrix. Cuando la joven había golpeado a aquel alfa enfrente de todos los alumnos había mostrado la fuerza de los omegas que allí estudiaban, pero, en contra de lo que estos pensaban, eso solo había encendido a los alfas.

El infierno se había desatado entonces, daba igual lo que los omegas hicieran, los alfas adoraban ese carácter rebelde. Y entonces comenzó el sufrimiento de Severus.

Todo comenzó con una broma de un grupo de alfas. Al ser Severus uno de los pocos omegas que mostraba su carácter rápidamente fue puesto en el punto de mira de los llamados merodeadores. El problema no eran sus continuas bromas, Severus era capaz de aguantar las tonterías de esos alfas, el problema surgió cuando decidió vengarse.

Le habían quemado su libro de pociones, donde tenía todas las notas y avances que le habían constado años realizar, obviamente tardaría bastante tiempo en recuperarlas todas. Y Severus se había tomado represalias obviamente, había conseguido que Lily le ayudara, la chica también se quería vengar por molestar a su amigo. De esa manera la tercera mañana de convivencia los merodeadores se habían levantado sin ningún tipo de ropa faltando a las clases durante todo el día hasta que por la noche Severus decidió llevárselas con una nota: No volváis a tocar mi libro de pociones.

Y Severus se arrepintió pues ahora estaba en la mira de Sirius Black y no como blanco para sus bromas, sino como futura pareja. El alfa se había empeñado en tenerlo.

Severus suspiro mientras entraba en la biblioteca, parecía ser el único lugar al que lo alfas no iban pues estaba llena solamente por omegas, la mayoría con un libro abierto delante de ellos sin prestarle atención, solo buscando la tranquilidad.

Severus camino hasta el final de la sala, cerca de la zona prohibida, junto a un enorme ventanal. Le gustaba ese rincón de la biblioteca porque podía relajarse sin ser molestado además que pocos alumnos solían ir a esa zona. O al menos eso era antes. Frank Longbottom se sentó junto a él minutos después, se le veía agotado con marcadas ojeras bajo los ojos, algo poco común en el alegre león.

-¿Has visto a Bellatrix ?- pregunto entre bostezos.

Severus dejó el libro de pociones sobre la mesa y lo miro sorprendido. No entendía porque ese dulce chico buscaba a la más loca de las hermanas Black.

-¿Por qué la buscas?- preguntó intrigado.

-Tengo un problema llamado Lestrage-dijo con pesar- Rabastan Lestrage, el hermano de Rodolphus, lleva varios días detrás de mí. Hace dos noches consiguió colarse en la sala común de gryffindor, desde entonces apenas puedo dormir. Quería saber cómo se ha librado ella de Lestrage.

-No se ha librado- comenzó con pesar- Lestrage no la deja ni respirar, solo se comporta en clases. Ayer se atrevió a darle una palmada en el culo, acabo en la enfermería con la nariz rota. No creo que ningún omega te pueda ayudar.

-Esto es horrible- sentencio Frank dejando caer su cabeza sobre la mesa- es imposible vivir así.

-Llevo días pensando, se me ha ocurrido una idea, es arriesgado, pero quizás podamos conseguir un poco de paz o al menos no escondernos todos en la biblioteca- finalizó tras ver como un grupo de omegas entraba por la puerta, como siguieran así no cabrían todos dentro.

Alfas VS Omegas (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora