Capítulo 13

8K 899 317
                                    

La pequeña omega de cabellos rubios miraba desde las escaleras a sus padres. A su lado su hermano mayor aguantaba la risa, esa situación no era muy extraña en su casa, pero cada vez que la veían era motivo de broma y entretenimiento para los dos pequeños.

-¡Tú eres payaso!- gritaba el omega mientras lanzaba libros al alfa que se escondía tras el sofá- y no te llamo algo peor porque están los niños.

-Cariño relájate- suplicaba el alfa- solo les he avisado.

-Les has dicho a unos adolescentes que cojan energías para ser cazados como meros conejos por unos alfas hormonados y no solo eso les has dicho que su plan era un juego que nunca funcionaría.

-¿También te has enterado de eso?- pregunto.

- Severus iba despotricando de ti rumbo a la enfermería, has conseguido que uno de los omegas más tranquilos del castillo pierda los estribos.

Grindelwald se mantenía escondido, Albus enfadado le daba verdadero miedo.

-Tenemos dos hijos omegas- seguía gritando Albus- ¿acaso quieres que ellos también sufran eso?

-Cariño quería avisarles que seguramente su plan no funcionaría sin levantar sospechas, sabes que debo mantener mi amistad con el ministro.

-Vete a la mierda Grindelwald- dijo mientras empezaba a subir las escaleras- hoy duermes en el sofá. Vamos a la cama niños, dejad que vuestro padre recapacite acerca de su comportamiento.

-Genial- vitoreo la pequeña- hoy dormimos con mami.


Lucius respiraba con dificultad mientras intentaba tirar la puerta. Los hechizos no funcionaban y lo único que podía intentar era derribarla al modo mugle.

-Malfoy rápido- jadeo Narcisa- por favor no aguantare mucho.

El omega miro a la alfa. Narcisa mantenía un pañuelo pegado en su nariz intentando no oler las feromonas y sus uñas se clavaban en su piel intentando distraerse. Lucius suspiro, sus padres los habían comprometido y debido a eso automáticamente habían acabado juntos en una de las aisladas habitaciones.

-No puedo- gimió Lucius- no sé qué hacer.

Narcisa se levantó con dificultad y comenzó a golpear la puerta junto a Lucius, de su pierna caía un pequeño hilo de sangre provocado por sus uñas. Lucius entendió al instante, no podían rendirse sino nunca se librarían del compromiso.

Con fuerza ambos comenzaron a empujar la pesada puerta, sino la derribaban al modo mágico la harían al modo mugle.

Cuando la puerta por fin cedió Lucius empezó a correr, la rubia había perdido el control por completo y perseguía al rubio como un verdadero depredador. Tenía que pensar rápido.

-Malfoy por aquí- grito Lily.

Lucius siguió a la pelirroja. Observó que esta tenía la ropa desgarrada y varios moretones en su cuerpo, habría tenido alguna pelea y seguramente había ganado.

-Esto es una verdadera locura- dijo el rubio.

-La cosa empeoró a partir del segundo día- comentó la pelirroja mientras golpeaba a un alfa que intentaba agarrarla- no se han tomado muy bien que nos escondamos de ellos.

-¿Dos días?- pregunto- ¿llevo dos días intentando salir de esa maldita habitación?

-En verdad hoy es el tercer día, muchos ya han perdido la capacidad de razonar y han sido atrapados.

-¿Y qué haces tú todavía por aquí?

-Buscando a Narcisa, no iba a permitir que pasara nada entre vosotros.

-¿Sabes qué estamos huyendo de Narcisa?- dijo dejando de correr.

-Una cosa es evitar que mi novia se acueste contigo y otra muy diferente es que me obligue a mí, no tenemos manera de evitar embarazos y yo soy demasiado joven todavía.

-¿Y a dónde vamos?

-Peter nos contó a Frank y a mi sobre varios escondites, nos los hemos divididos, nosotros iremos por un pasadizo a la casa de los gritos, allí estaremos a salvo.

Llegar a las afueras del castillo supuso un reto, los pocos alfas que quedaban sin encontrar un omega se centraban en ellos e intentaban impedirles el paso, en esos momentos se alegraban de que Narcisa les persiguiera pues les permitía quitar a todo alfa de su camino.

-Con cuidado- advirtió Lily al pasar junto al sauce boxeador.

Lucius se sorprendió al llegar al escondite y descubrir que varias salas del interior se encontraban perfectamente arregladas.

-Severus lo ha arreglado todo- informo la pelirroja- seguramente esta en algunas de las habitaciones. Hay algunos omegas más, sobre todo de primero, no podíamos permitir que les cogieran.

-¿Los de primero también están involucrados?- pregunto sorprendido.

-No, pero debido a que su celo no se ha desarrollado no los han evacuados- contesto- imagina que se encuentran con el panorama que hay montado allí o escuchan algo.

Lucius asintió ante lo dicho por la chica.

-Elige una de las habitaciones del tercer piso, todas tienen comida y bebida suficientes para pasar el celo, yo me voy ya, no me queda mucho tiempo antes de perder la razón.


Regulus despertó poco a poco, su cuerpo le dolía y su garganta estaba completamente seca. Había pocos momentos en los que la lucidez les llegaba en los momentos del celo y eran aprovechados para comer y beber algo. Con dificultad se levanto de la cama y camino rumbo al baño, prefería darse una ducha antes de comer algo. El alfa a su lado no era capaz de mirarlo, se notaba que estaba verdaderamente arrepentido.

-Me voy a dar una ducha- dijo- ¿necesitas entrar en el baño antes?

El alfa no le contesto, ni siquiera le dirigió la mirada. Regulus se apiado de él.

-Tranquilo- dijo mientras acariciaba la espalda del chico- se que tu no querías.

-Lo siento- lloro el alfa- lo siento muchísimo, te he jodido la vida.

El omega se mantuvo callado, era verdad, pero la vida de él también se había ido al garete. Seguramente acabaría embarazado tras esa experiencia y le obligarían a tenerlo, sabía que el alfa nunca le quitaría al bebé, pero no se amaban, es más todo el mundo sabía que ese alfa amaba a otro omega.

-Lo siento, lo siento, lo siento...- seguía repitiendo el alfa.

-Tranquilízate por favor, no pasa nada, en serio Diggory no te culpo a ti.

Y en verdad no lo hacía, era imposible que ese dulce Hufflepuff hiciera daño tan siquiera a una mosca, la culpa era del ministerio.

-Ahora solo nos queda aguantar los días que quedan- dijo la serpiente- luego ya veremos cómo solucionamos la situación.

-Gracias, te prometo que encontraremos una solución.

Regulus asintió dulcemente y fue directo al cuarto de baño, tenía que ser rápido pues ya sentía que la razón iba desapareciendo, al menos quería beber para mantenerse hidratado.

Alfas VS Omegas (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora