Alfas VS Omegas (Harry Potter)

Capítulo 26

Severus había vivido muchas situaciones extrañas desde que empezó el curso escolar, pero sin duda esa se llevaba el premio. Tras enterarse del nuevo plan del ministro su mundo se había venido abajo, no era capaz de pensar un plan para salir de la situación actual y no tenía a nadie a quien acudir, en esos momentos echaba de menos a su madre. Ya lo había asumido, iba a morir, en aquel momento se rio de la situación, vaya forma de admitir que quería a su arrogante alfa.

-Entonces simplemente vas a esperar a que todo acabe- afirmo pensativo el alfa.

-Sí- contesto el joven mientras bebía un sorbo de té- se puede decir que he perdido esta guerra.

El alfa miró al joven frente a él, su nieto era verdaderamente parecido a su madre, no solamente físicamente sino en carácter, siendo igual de indomable que su hija.

-Severus- llamó dirigiéndose por primera vez al joven por su nombre- el día que te conocí una parte de mí vio a tu madre reflejada en tus ojos, ese carácter indómito y fuerte sin permitir que nadie la dominara a pesar de ser una omega- soltó una silenciosa carcajada- quizás por eso la reunión acabo tan mal. Tu madre era una mujer maravillosa y una fantástica omega, cuando se fue estaba ya embarazada de ti. Luchó con fuerzas para darte una vida, se enfrentó a mi y posteriormente a ese mugle que tuvo por marido, todo por verte a ti feliz.

-¿A dónde quieres llegar?

-¿Sabes cuánto vive un omega marcado lejos de su pareja?- volvió a preguntar el anciano sin darle importancia a lo dicho por su nieto- Apenas un mes, demasiado poco tiempo. Un cachorro sin su madre tampoco vivé mucho más, los primeros años necesitan esa conexión con su progenitor.

Durante unos segundos se mantuvo en silencio mirando hacia el cielo. Ese día el sol brillaba fuertemente y Severus agradecía pasarlo en aquel hermoso jardín, sabía que no viviría mucho tras El Desligue, pasar tiempo en aquel maravilloso lugar era como un regalo.

-Tu madre- continuó el anciano- aguantó un infierno junto a tu padre porque sabía que si huía tu morirías, entrego su vida por la tuya, perdí a mi hija y ahora tu te rindes. ¿De verdad vas a tirar por la borda el sacrificio de tu madre?

Severus sintió las lágrimas caer por sus mejillas, el viejo tenía razón.

-¿Y qué hago?- preguntó entre lágrimas- no he conseguido evitar ninguno de sus planes.

-Si lo has hecho- interrumpió- puede que no hayas protegido a todos, pero si a la mayoría y le has plantado cara, solo necesitas la ayuda adecuada. Walburga contacto conmigo anoche, temía por su nieto y, aunque lo niegue, por sus dos hijos, si consigues sacar a todos los omegas involucrados del castillo los admitirá durante el tiempo necesario en su casa...

-La Mansión Black- interrumpió- una de las casas mágicas con mejores barreras protectoras del mundo mágico, eso impediría al ministro acercarse a nosotros por el tiempo suficiente para encontrar un plan adecuado.

-O el tiempo suficiente para las elecciones, con respecto a vuestra graduación no habría problema, Dumbledore permitirá las clases desde casa.

Severus dio un grito de alegría y se lanzó sobre su abuelo besando su mejilla. Antes el tiempo suponía un problema, ahora si que sería capaz de encontrar una solución a esa horrible situación. Lord Prince por primera vez en años se permitió sonreí, su nieto no era su querida hija, pero era igual de maravilloso que ella, quizás podría intentar mantener una relación adecuada con el pequeño omega.

Con la ayuda de Rita, Xenophilius y Peter el plan se expandió como la pólvora y en menos de una semana los alumnos se encontraban preparados para dejar el castillo y escapar de las garras del alfa.

-¿Todo preparado?- preguntó Nott a su omega.

Arthur asintió con miedo, si salía mal en menos de dos días le arrancarían a su bebé de sus brazos.

-Tranquilo- dijo el alfa mientras le abrazaba- no permitiré que nada os pase.

Ambos se fundieron en un dulce beso.

La puerta fue abierta con brusquedad, frente a ellos un agitado James Potter respiraba con dificultas.

-Hay que irse ya- ordenó- ha habido un soplo, el ministro se ha enterado del plan y los aurores vienen de camino. Sino os vais ya será demasiado tarde.

-La bolsa de Bill- ordenó Arthur mientras agarraba a su hijo y salía corriendo de la habitación.

Durante unos minutos corrieron por los pasillos atravesando a alumnos que actuaban con normalidad y los mandaban miradas de apoyo, todo salía según el plan. No tardaron en llegar al despacho de Dumbledore, donde este y su pareja vigilaban la red flu.

-Grimmauld Place- gritaba Regulus con un Cedric en sus brazos para posteriormente desaparecer entre las llamas de la chimenea.

-Solo queda tú- informó Sirius- ¿llevas lo necesario para no echar de menos a Nott?.

Arthur asintió, junto a él llevaba una maleta entera repleta de objetos personales de su pareja para no añorarlo y conseguir sobrevivir.

Thomas se despidió de su omega y salió junto a Sirius del despacho con la cabeza en alto y mirada firme, ahora solo tenía que fingir, fingir que nunca había conocido a su Weasley, fingir que no existía relación con él y fingir que no tenía un hijo en común, porque ese era el plan, actuar normales y como si aquellos que habían huido no hubieran estado conviviendo con ellos nunca.

-Espero que Rita encuentre al chivato- dijo Sirius a su lado.

-Yo también, deseará no haber nacido.

El ministro se encontraba frente a su mujer, ambos mandándose miradas desafiantes.

-Soluciónalo- dijo la omega con voz demandante- quiero a mi bebé ya, me lo prometiste.

El alfa soltó un verdadero suspiro, el deseo de su mujer de ser madre era lo que le había llevado a esa situación.

-Por su puesto amor mío, por supuesto.

-No bromeo alfa- continuó- quiero un hijo propio y ya que no puedes dármelo procura que el plan salga bien.

El elfo tras ellos observaba el cambio de palabras, sus dueños no habían sido siempre así, antes eran la típica pareja romántica de alfa y omega, pero desde el momento que se demostró que el alfa era estéril todo cambio y la convivencia se volvió una guerra. El amor no había sobrevivido a la situación y en un año se desato el caos. Haber adoptado habría sido una solución, pero la omega no aceptaba que su hijo recordará a sus anteriores padres. El elfo suspiró, los bebés huérfanos no existían, no sobrevivían a la separación de su madre por eso todos eran mayores de 12 años. Su ama tenía la esperanza que la adopción de sangre supliera la carencia del bebé por estar con su madre biológica pero el sabía que eso no era así, lo había visto muchas veces, había visto a muchos bebés perecer por los deseos de amos ambiciosos, por eso debía acabar con esa locura.

-Tlyn- llamo su ama- prepara la habitación del bebé, si el amo cumple su palabra en menos de un mes la ocuparemos.

Tlyn asintió y desapareció por el pasillo rumbo a las cocinas, antes de cumplir la orden de su ama necesitaba avisar a Kender, el elfo jefe de la mansión Prince, estaba en sus manos que la desgracia no llegará a suceder.