❝...VOY A ENCONTRAR LA FUERZA, encontraré la melodía porque tú me enseñaste cómo hacerlo...❞
Cuando Ariel llegó a la escuela, el viento se había calmado. Había una sensación de silencio espeluznante. En la parte trasera del edificio, había una larga camioneta blanca en la zona de carga. Buscó a Stella con la mirada, pero cuando lo hizo notó al resto de sus amigos acercarse por cuatro direcciones diferentes. Ariel no tuvo tiempo de preguntarse qué se había perdido cuando vio a Olivia y Romeo de la mano porque estaba demasiado enfocada en el vendaje en la mano derecha de Charlie, o en el ojo con un moretón de Wen. Siguió el paso de ellos, deslizándose por el aparcamiento helado.
─ ¡Mierda! ─dijo Stella cuando los vio─ ¿Qué les ha pasado?
Nadie respondió de inmediato. Parecían avergonzados. E incluso cuando, minutos más tarde, salieron sus historias a la luz, todo sonaba un poco incompleto. Ariel miró a cada uno, con las esperanzas en cero. Sus ojos vagaron por el moretón de Wen y recordó lo que había sucedido antes. Suspiró avergonzada, bajando la vista y se obligó a olvidar el tema. Una crisis a la vez.
─Bueno, gracias por venir ─dijo Stella. El silencio incómodo los rodeaba. Stella podría jurar que sintió una extraña vibración en el aire. ¿Por qué nadie a excepción de Romeo y Olivia se miraban entre sí? ─ ¿Qué está pasando?
─Nada ─dijo Mo. Ariel volteó a verla, notando que su cara estaba más pálida de lo normal.
─ ¿En serio? ─preguntó Stella. El resto asintió en silencio, con las miradas fijas al suelo.
Por suerte, lo que fuera, no duró mucho tiempo.
─Mira ─dijo Stella, señalando el área de carga del camión─. Siento decir esto ahora que están todos aquí y todo, pero ya han movido la máquina de limonada. Estoy bastante segura de que llegamos demasiado tarde.
Y fue entonces cuando todos volvieron a la vida y parecieron dejar de lado cualquier nube en el aire. Se pararon en la parte de atrás del camión y se asomaron.
─La máquina sigue aquí ─dijo Charlie─, así que el conductor debe estar por aquí, ¿no?
─Posiblemente dentro de la instalación de los nuevos dispensadores ─habló Romeo mirando esperanzado a Stella─. Tal vez podríamos hablar con él para que no se lleve esta.
─Dudo que sea tan fácil ─replicó Stella pensándolo. Giró sobre sus pies para observar a su alrededor con el pensamiento de que, efectivamente, Romeo y Charlie tenían razón sobre que el conductor todavía seguía en alguna parte de la escuela. Lo que le dio una idea.
Cinco minutos después, dos hombres fornidos se pararon al borde del muelle de carga. Uno de ellos llevaba un suéter naranja de gran tamaño que le hacía parecer una calabaza gigante con gafas.
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SOMETHING ABOUT US ──lemonade mouth
Fanfictionte necesito más que nada en mi vida. te quiero más que a nada en mi vida. key | 2 0 2 1