VII. determinate

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❝...NO ES POR LA FAMA, sino por la emoción...❞




Una vez Ariel llegó a su casa, quedó perpleja cuando encontró a Mo sentada en la entrada con los ojos rojos demostrando que había pasado un largo tiempo llorando. Su cabello goteaba por la lluvia y estaba empapada. Wen, a su lado, apretó los labios sin saber qué decir. Ariel negó con la cabeza en su dirección, indicándole que no diga nada. Se puso de puntillas y le dejó un beso en la mejilla, sin pensarlo mucho. Él se quedó estático por unos segundos, maravillado, pero terminó yéndose cuando notó a la ojiazul caminar hacia su casa. 

─ ¿Qué pasó, Mo? ¿Por qué no fuiste hoy al ensayo? ─No la dejó responder, porque pronto volvió a hablar.─ Mierda, te enfermarás si no te cambias. Ven, entra. 

Ariel le extendió su mano mientras que con la otra comenzaba a rebuscar su llave en el bolsillo trasero de su pantalón. Mo tomó su mano y se levantó con esfuerzo, sorbiendo su nariz en el proceso. 

─G-gracias, Ariel ─dijo con la voz entrecortada. 

La ojiazul le restó importancia y abrió la puerta de su casa, atrayendo a Mo con ella. Una vez ingresaron, ambas sintieron la calidez de la casa envolverlas. 

─Sígueme. Vamos a cambiarnos ─ordenó Ariel.

Mo la siguió y subió las escaleras, con el cuerpo temblando por las condiciones en las que había estado. Notó algunas fotos colgadas en la pared, pero ninguna era de la familia de Ariel, solo habían de la ojiazul y su primo. Entraron en una habitación un poco desordenada; sin embargo, era tan grande que un desorden no era tan notorio. 

Ariel abrió su armario y buscó cualquier prenda manga larga para Mo y ella. Le tendió la ropa a la morena y comenzó a quitarse su ropa mojada porque ella también había estado bajo la lluvia. Mo volteó sutilmente avergonzada y se cambió viendo a la pared, esperando que Ariel no la vea. 

Cuando terminaron de cambiarse, Ariel se lanzó a su cama y palmeó su lado, invitando a Mo para que haga lo mismo. La morena no tardó mucho tiempo en hacerlo y una vez Ariel le preguntó qué pasaba, ella explotó. 

─ ¡Lo odio! ¡Es un completo bastardo!

Ariel abrió los ojos sorprendida y sin titubear, casi suponiéndolo, preguntó─: ¿Scott? 

Mo rompió en llanto y asintió. Ariel retomó la palabra con suavidad.

─Está bien, está bien. Dime lo que pasó ─apenas esperó unos segundos y como si se le hubiera ocurrido la mejor idea, se interrumpió a sí misma─. ¡No! ¡Hagamos pijamada! Invitemos a las chicas y te prometo que podrás insultar a ese bastardo todo lo que quieras y te consolaremos hasta quedarnos dormidas. 

SOMETHING ABOUT US ──lemonade mouthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora