SOMETHING ABOUT US ──lemonade mouth

II. edge of great

❝...ESTE MOMENTO ES PROPIO DE NOSOTROS porque estamos al borde de lo grande...❞

Ariel leyó la pizarra mientras mascaba el chicle que le había invitado su primo. 

Reglas de detención

 1. No se permite masticar chicle, comer ni beber en el aula. 

2. Permanecerá sentado. 

3. No hablarás. 

4. La primera vez que rompa una regla, su nombre aparecerá en el tablero. La segunda vez, recibirá otra detención.

La pelinegra miró a su primo y lo codeó, pero este solo tenía ojos para una rubia sentada en los primeros asientos. La reconoció como Olivia. Era tímida y agradable, apenas habían intercambiado un par de palabras.

─Romeo ─susurró justo cuando Wen ingresaba al lugar. Ariel desvió sus ojos de él y miró nuevamente a su primo─. Lee la primera.

El chico asintió y eso hizo. Volteó a verla y mascó más rápido su chicle, como si no le importara la regla uno. Ariel soltó una pequeña risa y esperó hasta que lleguen los demás. Poco a poco, un par más llegó. En el pequeño salón solo habían tres chicos y cuatro chicas, contando al par de primos.

Ariel trató de ignorar la presencia de Mohini en ese salón, pero le resultó imposible. La escudriñó con la mirada, pero a esta no parecía importarle. Mientras los minutos pasaban y la Sra. Reznick se quejaba sobre el director Brenigan, el par de primos comenzó a jugar silenciosamente a "papel, piedra o tijera".

─ ¡Quiero que ustedes se pongan a limpiar este lugar! ─ordenó la maestra de música mientras salía. 

─ ¿De qué nos perdimos? ─le preguntó Ariel en un susurro a su primo, el cual se encogió de hombros.

─No nos puede hacer esto ─se quejó una chica poniéndose de pie. Ariel recién reparó en ella. Tenía el cabello sobre los hombros, una remera roja y unos pantalones negros─. Es un castigo cruel y poco usual.

Olivia se levantó para comenzar a limpiar seguida de Mohini.

─ Es la preparatoria ─dijo Charlie, al cual Ariel apenas reconoció por algunas de sus clases. El chico tenía un aspecto de rudo, pero por las pocas veces que habían hablado, Ariel sabía que no lo era. Capaz un poco malhumorado o sarcástico, pero no rudo. 

La pelinegra suspiró y se puso de pie, observando como una gota caía sobre un balde. Arrugó su nariz con un poco de asco. Aún le sorprendía el poco cuidado que le daba el director a algo que no sea sus adorados deportistas.

─Que asco de escuela ─se quejó nuevamente la chica mientras se sentaba sobre la mesa de la maestra.

─ ¡Bienvenida! ─Ariel se apresuró a pasar por su lado y dirigirle una sonrisa usual en ella. 

─ ¡A tu nuevo hogar! ─la siguió su primo pasando por detrás de la mesa.

─ ¿Quieren hacer lo que dijo la maestra sin hablar? ─inquirió Mohini de mal humor─. No me darán otro castigo por su culpa.