III. courage to change

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❝...ESTANDO UNIDOS PODEMOS HACER cualquier cosa...❞


─Juro que la pizza de Dante me lleva al cielo ─soltó Romeo perezosamente. 

Los primos estaban sentados en el sofá del hogar Forbes (aunque para Ariel no se sentía como un hogar). Luego del castigo habían logrado ir por su pizza, así que el par se sentía repleto y lo demostraban entre quejidos y algunas mentiras diciendo "jamás vuelvo a comer tanto".

─Ver a la rubia te lleva al cielo ─molestó Ariel, logrando que su primo la mire rápidamente con un rubor expandiéndose por sus mejillas. 

─No lo negaré, pero comer y admirar son placeres distintos ─mencionó sacando su celular. 

La chica se rio negando la cabeza y soltó un quejido cuando trató de levantarse. Definitivamente no fue una genial idea comer una pizza entera. Volvió a sentarse y escuchó un grito de festejo saliendo por la boca de su primo. 

─ ¿Qué pasó? ─cuestionó curiosa. 

─Conseguí el número de Stella, la nueva ─respondió el castaño tranquilamente─. La sobrina de Brenigan logró entrar a los registros y encontrar su número. 

─ ¿Y lo necesitas para...? 

─Para que la banda se junte ─murmuró distraído. Su prima abrió los ojos sorprendida. 

─Espera, ¿qué? ─Se levantó para fijarse qué estaba escribiendo su primo. Soltó un quejido en el proceso y terminó por arrancarle el celular de las manos.

«¿Casualidad o destino? Necesitamos hablar 

-Romeo, el mánager»

El mensaje estaba adjunto a cinco contactos más, cada uno apodado de distinta manera: Stella estaba como la chica nueva, Mohini como la violinista, Wen como el novio de mi prima, Charlie como el baterista y finalmente, Olivia como mi futura esposa. Ariel lo miró incrédula luego de leer los nombres falsos; Romeo fingió tener escalofríos y se encogió en el sofá. 

─ ¡No me das miedo! ¡Es por tu bien! 

─No sé si golpearte porque Wen no es es mi novio y lo pusiste así o por juntar al grupo cuando claramente no quieren ser juntados ─gruñó la castaña, le tiró el celular con fuerza y el chico soltó un quejido cuando este cayó en su estómago.

─No es casualidad, Ari ─dijo tranquilamente─. Jamás te había visto más feliz, además de cuando salíamos con Wen antes de que pase lo de... ya sabes. 

Ariel suspiró y se recostó al lado de su primo. Él tenía un punto y por más que lo niegue, su corazón le decía que lo correcto era dejarlo mandar los mensajes.

SOMETHING ABOUT US ──lemonade mouthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora