Siete

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El día del dieciocho cumpleaños de Saint llegó.

Este tenía una enorme tarta y los demás niños estaban felices por la fiesta, los juegos, los globos y las chuches pero él no se sentía nada feliz y aunque tenía muchas esperanzas de encontrar a sus hermanos, estaba muerto de miedo.

Recibió muchos regalitos de los niños, hechos por ellos mis mismos, como dibujos, tarjetas, muñequitos de cartulina y coronas de flores silvestres del patio.

Los profesores, le regalaron una mochila y un jersey y entre Gloria, Lorenzo y Jorge el conserje, le compraron un pañuelo y un libro pero sin duda el mejor regalo fue el de Berta.

...-Toma cariño, aprovéchala y no me defraudes- le dijo esta entregándole una sobre.

El castaño lo abrió ante la expectación de los demás y cuando sacó los papeles de su interior, este pudo comprobar que una beca para estudiar en la Universidad local, además de un cheque con dinero para gastos.

-Felicidades, mi niño-dijo la directora llorando.

Este se levantó de su silla y la abrazó muy fuerte.

-Muchas gracias-dijo este muy feliz pues al parecer la mujer lo había conseguido y el alcalde le había concedido la beca y además un cheque.

Eso lo tranquilizó mucho pues ya tendría un sitio seguro donde quedarse al salir pues como le explicó esta, la beca incluía una habitación en el campus.

Aún debía superar un último examen y para el faltaban una semana, así que debía aplicarse y aprovechar esa increíble oportunidad, estaba decidido a lograrlo.

Su maestro le ayudó en los siguientes días, los cuales los dedicaron exclusivamente al estudio para ese examen.

El gran día llegó y Saint muy nervioso, acudió al examen de ingreso en la compañía de Berta, la cual muy orgullosa le dio mucha fuerza pues creía en él.

Tras cinco horas de examen, sobre distintas materias y más de doscientas preguntas, al fin el castaño y los más de mil estudiantes más que se presentaron, salieron del salón de actos, donde se celebraba.

Al parecer las notas estarían listas en unos días y en ese tiempo seguro que tendrían todos los nervios a flor de piel, de hecho Saint el primero pues era mucha responsabilidad la que sentía, ya que no quería decepcionar a nadie, ni tampoco perder tan buena oportunidad.

Al parecer las notas estarían listas en unos días y en ese tiempo seguro que tendrían todos los nervios a flor de piel, de hecho Saint el primero pues era mucha responsabilidad la que sentía, ya que no quería decepcionar a nadie, ni tampoco perder...

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Cinco días después

Berta llevó a Saint a la Universidad, donde se supone que pondrían la lista, así que este entró con decisión pero entonces se encontró con muchos riendo y gritando alegremente pero también a otros muchos llorando, dudoso se acercó al tablón donde estaban las notas y comenzó a buscar su nombre.

Para acceder a la carrera de Magisterio necesitaba una nota de 7, así que según su tembloroso fue llegando a los apellidos con la letra S, su corazón latió con más fuerza.

Este sintió morirse en cuanto vio su nombre y por ello tuvo que releerlo varias veces.

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SAINT SUPPAPONG -------------------- 8,5.

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Salió más que feliz de allí y cuando se lo comunicó a Berta, esta casi se desmaya de la ilusión y los nervios.

...-Sabía que lo conseguirías mi niño, sabía que llegarías lejos-dijo esta abrazandolo.

Muy felices regresaron al orfanato donde todos lo felicitaron y los más pequeños lo llenaron de besos y abrazos.

Las clases comenzarían en una semana, así que el castaño dispuso de ese tiempo para recoger todas sus cosas y despedirse de todos para irse a la Universidad, donde empezaría su nueva vida.

Finalmente el día de la despedida llegó y Saint tuvo que despedirse de todos.

Realmente fue un momento muy triste pero prometió volver a visitarlos.

...-Mucha suerte, Saint... llámame a menudo y cuéntame como te va, ¿de acuerdo?.

-Claro Berta, lo haré...no te preocupes, muchas gracias por todo...- dijo abrazando a la mujer con fuerza.

-Adiós-le dijeron todos los niños.

Este odiaba la palabra "adiós", ya que le resultaba una palabra que le traía muy malos recuerdos, así que él nunca la usaba.

-Hasta luego, niños...nos veremos pronto-dijo este entrando en el taxi a las puertas de orfanato-... os extrañaré mucho.

7. Como Hermanos -Zaintsee - Mewgulf TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora