7. Como Hermanos -Zaintsee - Mewgulf Terminada

Veintitrés

Sam y sus hijas viajaban dos veces al mes a Seúl para visitar a Zee, además de que también sus hermanos lo hicieron en alguna ocasión.

Estos estuvieron muy felices cuando se enteraron que el mayor finalmente se había internado en un centro y también muy orgullosos de sus logros conseguidos pues este rebosaba fuerza y ganas de superación para volver a casa.

Janis lo visitó, esta siempre lloraba y a veces venía colocada, entonces Zee la quería convencer para que hiciese como él y se curase pero ella siempre se enfadaba y se acababa marchando furiosa.

Tras pasar cuatro meses allí dentro, la chica no regresó, entonces Zee creyó que sería porque estaba demasiado molesta con él desde la ultima vez que se habían visto pero un triste día, este recibió la terrible noticia.

Como se había portado muy bien, el director del centro le permitió hacer una llamada y cuando este lo hizo, el padre de esta, llorando le dijo que Janis había muerto de una sobredosis.

La policía la había encontrado días atrás en un banco del parque, con una jeringuilla aún clavada en su brazo.

A pesar de amar a Saint con todas sus fuerzas, lo cierto era que para Zee, esa chica era importante pues aunque había empezado a beber y drogarse por ella, también había sido la única persona que le había tendido una mano, sin haberle pedido nada a cambio.

Después de eso, Zee con mucha más fuerza quiso curarse pues no quería acabar así, muerto o solo y repudiado por no poder curarse de sus vicios pero sobre todo, no quería decepcionar a su familia, ni a sus hermanos.

Este quería poder salir del centro, para pedirles perdón y agradecerles su ayuda y apoyo, también quería ir a la boda de Mild y conocer a su sobrina a la que solo había visto en fotos.

También quería ir a ver a Mew tocar, quería estar de broma con Gulf de nuevo como cuando eran niños pero sobre todo, este quería estar con Saint, confesarle sus sentimientos al fin y pasar el resto de su vida con él.

Este ya había cogido mejor semblante, no lucía ojeroso ni demacrado, había cogido un poco de peso y además se encontraba mucho mejor.

Lo cierto era que ya no echaba tanto de menos la bebida ni las drogas pero no podía confiarse.

Mientras, en Bangkok sus hermanos habían seguido con sus vidas.

Saint, en la Universidad ya casi acabando el primer curso de magisterio y tonteando con Perth, ya que no sabía nada de lo que Zee tenía pensado a su salida para ellos.