Veinticinco

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Un año había pasado y Zee por fin había llegado a la última fase del tratamiento.

El juez que llevaba su caso se sintió muy satisfecho con sus logros y cambios, así que dio por cumplida la condena, por lo que tras terminar con su rehabilitación, pondría volver a Bangkok y comenzar con su nueva vida.

Eso sucedió en días posteriores, por lo que Sam y un mas que feliz Zee, salieron del centro, llevando anotadas todas las indicaciones de los médicos y terapeutas, además de el nombre de algunas clínicas en Tailandia, donde el chico podía asesorarse y llevar mejor su reinserción.

La mujer compró dos billetes para esa misma tarde y poder regresar cuanto antes pero antes de irse al aeropuerto, su hijo quiso despedirse de su difunta novia, por lo que visitaron su tumba donde dejó un precioso ramo de flores que compraron de camino.

...—¿Estás nervioso por regresar, cariño?.

—Mucho mamá, estoy deseando ver a mis hermanas y a los chicos... siento que hace un siglo que no los veo—dijo apenado.

La mujer sonrió pues su hijo volvía a ser aquel tierno y desprotegido adolescente del orfanato, el cual comenzó a amar en cuanto lo vio.

...—Mamá... ¿Crees que Saint me haya esperado y aún me quiera?, no sé...las últimas veces que lo vi, me miraba tan frío que no me daba esa impresión.

—¿Qué pregunta es esa?, por supuesto que te quiere, eres su hermano, su familia.

El chico chasqueó la lengua mientras subían de nuevo al taxi que los había dejado a las puertas del cementerio.

—Bueno si ya sé pero digo, ¿Crees qué me querrá como su novio?.

Esta volvió a sonreír pues al parecer su hijo estaba loco por el muchachito del orfanato que aquel día que lo adoptaron se negaba a dejar solo y del que jamás se olvidó.

Irremediablemente Saint era parte de él, vivía en su interior y corría por sus venas, no podía evitar pensar en el inmenso amor que su hijo albergaba por este en su corazón, eso le conmovía pero también le asustaba.

Ese mismo amor lo había llevado al desespero años atrás, lo había empujado a irse de su casa en su busca por otros países y hasta lo había dominado de tal forma que casi acaba con su propia vida.

—No lo sé cariño pero debes aceptar lo que el elija o jamás podrás avanzar.

El chico asintió con pesar.

—Si, lo sé pero no puedo evitar creer que yo soy a quién necesita, así como yo lo necesito a él.

Luego de llegar a la terminal y esperar por dos horas, el vuelo con destino Bangkok salió a la hora prevista

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Luego de llegar a la terminal y esperar por dos horas, el vuelo con destino Bangkok salió a la hora prevista.

No sabían si estarían todos esperándolos en la terminal pues cada uno estaría con sus cosas pero al menos allí estarían su padrastro y sus queridas hermanas.

7. Como Hermanos -Zaintsee - Mewgulf TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora