Zee, Mew, Saint, Gulf y Mild son cinco niños que por diversas circunstancias de la vida terminan en un orfanato. Estos pronto se hacen inseparables pero con el tiempo, algunos de ellos son adoptados.
Múltiples lágrimas y dolor llenarán sus vidas tra...
El castaño que tenía su cabeza baja, la levantó y habló casi en un susurro.
-Si, la necesitas...las drogas y el alcohol, eso no es bueno.
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-¡El alcohol y las drogas me ayudaron cuando creí volverme loco buscándote!-le gritó el mayor.
-Hey deja a Saint, no pagues con él tu ira... él no tiene la culpa de nada-dijo Mew poniéndose delante de sus «hermano».
-Vaya el hermanito perdido sale en defensa del frágil, el pobrecito y enfermito... ¡Siempre has sido un débil al que había que proteger!--gritó este nuevamente-.., ¿ahora este es tu protector?, ¿que pasa te lo tiras?.
Zee estaba lleno de rabia y bastante celoso.
-Para ya, lo asustas...él no merece esto... sé que es la abstinencia la que habla y no eres tú pero si sigues molestandolo, voy a golpearte.-dijo Mew acercándose a su hermano.
Tras ellos, el castaño comenzó a respirar con dificultad, este hizo un ruido muy fuerte, puso los ojos en blanco y acto seguido cayó al suelo.
-¡Chicos parar, mirar!, ¿que le pasa?-Gritó Sam.
-¡Oh Dios!, ¡Saint no!, ¿tu inhalador donde está?-habló Mew girándose y viendo a este ahogándose en el suelo.
Zee también reaccionó al verlo y se puso de rodillas a su lado sujetándole la cabeza, igual que cuando eran niños y este sufría algún ataque.
Por fin, Mew encontró el inhalador en el bolsillo y se lo puso en la boca.
-Vamos hermano, respira, vamos-dijo este abofeteandole suavemente las mejillas para que reaccionará y aspirase su medicina.
Tras unos desesperantes minutos, este reaccionó y abrió los ojos aspirando con fuerza.
-Gracias a Dios, es el segundo ataque desde que estamos aquí, me preocupa.
Sam suspiró con alivió.
-Vosotros volver a Bangkok, muchachos... yo me quedaré aquí con mi hijo, buscaré un abogado y luego regresaremos.
-No, yo no regresaré, yo estoy bien aquí...soy feliz y estás loca si piensas que iré contigo -Dijo este levantándose y echándose a correr.
-Zee, vuelve ¿a dónde vas, hijo?.
-Déjelo Sam-hablo Mew-......seguro que vuelve a su casa, no se preocupe, tenemos la dirección...voy a llevar a Saint al hospital y luego iremos a por él.
-Está bien muchacho, como tú digas.
Tras dejar al castaño descansando en el hospital después de que lo revisaran, Mew y Sam regresaron al edificio en la parte marginal de Seúl.
