7. Como Hermanos -Zaintsee - Mewgulf Terminada

Nueve

Saint llegó muy nervioso a su clase, ya que nunca había estado con tanta gente de su edad pues en el orfanato todos habían sido mayores y últimamente, menores que él.

No sabía si encajaría, temía no estar a la altura, además le preocupaba como hacer amigos, ya que la única persona que conocía, estaba en el otro lado del campus universitario, en la Facultad de Deportes.

El señor James Cliff se presentó ante la clase, él sería su profesor de varias asignaturas y tutor del curso.

Tras él se presentaron otros profesores; Lyn Saeli, Kevin Taylor y Paul Panich, eran los demás, los cuales completaban el elenco de profesores, con los cuales el castaño tuvo muy buena conexión.

En general no fue un mal comienzo, pues en el descanso este fue a la cafetería a tomarse algo y se encontró con su compañero de habitación, el cual estaba sentado con otros estudiantes.

...—Hey, hola precioso, mira estes son mis dos mejores amigos....Plan y Gun...emm chicos este es Saint.

—Hola que tal...así que vienes de un orfanato, vaya que fuerte—dijo el rubio muy sonriente.

El castaño asintió.

—No es tan terrible, te acostumbras, iré a coger algo, ¿puedo sentarme con vosotros?, es que aún no conozco a nadie más—preguntó temeroso.

—Claro, te esperamos—habló nuevamente Perth muy sonriente.

Este fue a guardar cola para hacer su pedido mientras los chicos siguieron con su charla en la mesa.

...—Eh disimula​ un poco amigo— habló Gun—… se te nota a lenguas que te cae la baba por el huerfanito, hombre.

—Que gracioso, además de envidioso... por lo menos a mi tocó un bombón de compañero, no como a ti que te tocó el gruñón de nuevo.

Minutos después, el castaño volvió y lo invitaron a sentarse con ellos, entre tanto este vio que un chico malhumorado también se acercó a ellos.

...—Oye, ¿Por qué no me has esperado Gun?, creí que lo harías.

—

Hey Mark...bueno, es que había quedado con los chicos y....

—Hola —dijo Plan muy sonriente.

—Olvídame—dijo cortante este haciendo reír a Perth.

—Es un auténtico gilipollas—susurró este en el oído de Saint.

El castaño soltó una pequeña risita que derritió el corazón de su compañero de habitación, haciéndolo soltar un pequeño suspiro casi imperceptible.

Tras el descanso se despidieron y volvieron a las clases, entonces Saint tomó nota de todo lo que le hacía falta, no sabia si la beca le cubría todo, así que cuando terminaron las clases fue a la secretaría para enterarse bien.

Allí le explicaron si y también le dijeron que tenía que ir al banco y abrirse una cuenta de ahorro con el cheque, para así poder disponer de efectivo para los gastos.

Ya en la tarde, este se encontró con Mew, el cual lo esperaba sentado en su coche a las puertas del edificio de su fraternidad.

—Hola hermano, ¿estás listo para ir por ellos?.

—Claro hermano, vamos—dijo este, subiéndose.

—¿Bueno cual es el siguiente?—dijo el mayor cogiendo el papel donde el castaño tenía las direcciones apuntadas.

Tras comprobar en el GPS, estos comprobaron que la dirección más próxima era la de Gulf.

—Ponte el cinto Saint, nos vamos—dijo Mew encendiendo su coche.

Durante todo el trayecto, el castaño le contó todo lo que le había pasado en la mañana, sus profesores y asignaturas, como era su clase y la cafetería y todo lo que sucedió en la cafetería con Perth y sus amigos.

Su hermano lo escuchaba con mucha atención, estaba muy orgulloso de este por lograr estar en la universidad, saliendo de aquel triste y odioso orfanato, después de haberse pasado prácticamente toda su vida allí.

Le gustaba lo entusiasmado que estaba con cada cosa nueva que este veía pues el castaño recién descubría la vida fuera de esas paredes.

De repente el navegador hizo que Saint se detuviera en su relato.

«Ha llegado a su destino»

Mew apagó el coche y lo miró nervioso.

—Bueno hermano, aquí es... este es el lugar donde trajeron a Gulf.