Zee, Mew, Saint, Gulf y Mild son cinco niños que por diversas circunstancias de la vida terminan en un orfanato. Estos pronto se hacen inseparables pero con el tiempo, algunos de ellos son adoptados.
Múltiples lágrimas y dolor llenarán sus vidas tra...
En el veinte cumpleaños se su novio, Mew decidió sorprender a Gulf con una noche de «hermanos», donde los cinco chicos jugarían a las cartas, verían películas, beberían cervezas sin alcohol y comerían pizza hasta hartarse.
Para ello, este llamó a Mild, Zee y Saint y quedó con ellos para que se trajesen sus pijamas y sus cepillos de dientes pues sería una muy noche larga, en la que recordarían sus tiempos en el orfanato.
El moreno estuvo encantado de tener a todos sus hermanos bajo su techo, lo cual le trajo muchos y muy lindos recuerdos de su paso por aquel lugar.
La velada transcurrió sin problemas, jugaron, rieron, hablaron, bebieron, comieron y también se acomodaron en los sofás para ver una película.
Mild se quedó dormido a medio telefilme, Gulf y Mew por su parte se repartían carantoñas y besos como de costumbre, mientras que Zee y Saint, sentados uno junto al otro, se removían incómodos pues ambos luchaban con sus mentes y corazones.
Cuando la película terminó ya eran las cuatro de la mañana y tanto Mild como Mew y Gulf estaban dormidos.
Saint se levantó y apagó el televisor y los despertó, entonces todos se fueron a dormir a las habitaciones.
Mew y Gulf se fueron a la suya, Mild se fue a la pequeña donde solo había una pequeña cama y para Saint y Zee se tuvieron que meter en la de los padres del moreno, donde había otra cama de matrimonio.
Ambos se quedaron en shock pues no habían pensado en que tendrían que compartir la cama.
...-Puedo irme al sofá si te sientes tímido-habló Zee al ver que Saint no decía nada.
-Emm, no...iré yo.
-No, no permitiré que duermas en ese incómodo lugar, quédate-habló el mayor.
-No, yo tampoco quiero que lo pases mal durmiendo ahí, yo iré.
Tras un rato así, ambos chicos se sentían tontos.
-Oye, la cama es grande, no tenemos porqué irnos ninguno- habló Saint girándose para coger su pijama de la mochila e irse al baño y ponérselo.
Zee se comenzó a quitarse la ropa y al volverse a girar, el castaño se dio un brico.
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-Oh ve-venga... al menos espera a que me vaya.
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