Capitulo 4.

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Capitulo 4.

Una semana después.

El molesto sonido del nuevo despertador que dejo Antonella en mi mesa de noche suena por toda la habitación, irritada lo apague, mire la hora, seis y veinte, entro hasta las ocho ¿Por qué mierda lo ponen a estas horas? Salgo de la cama, me encierro en mi baño, es la misma rutina, me baño, depilación, crema, desodorante, perfume, ropa interior y para el vestidor. Elijo unos jeans claros, unas botas estilo militar cafés, una blusa de lana beige de mangas largas, una bufanda grande y gruesa café. Seco mi cabello con la secadora que me encontré por ahí, me pongo un gorro tejido, aplico base sobre mi rostro, rímel, rubor y labial de color rosado claro. También me pongo un par de pulseras de oro, el anillo que Harry me dio hace una semana, junto con otros anillos y el collar con su letra como dije, lo escondo bajo mi blusa.

-¿Lista?- dice alguien entrando a la habitación, mire a William recargado sobre el umbral de la puerta, mi rostro se elimina con una sonrisa y asentí.

-Buenos días- le dije.

-Buenos días, hija- deje de mirar mis botas para mirarlo a él, de nuevo ese molesto nudo en mi garganta- ¿Bajas a desayunar?-.

-Si- digo tomando mi bolso, cuando llego a la puerta el me abraza por los hombros con su brazo izquierdo y bajamos riendo.

-Oh, buenos días- dice Antonella mirándonos con ternura, desaparezco mi sonrisa y me siento en la silla.

-Hola- le digo, ella baja su mirada y empieza a comer.

-Te llevare al Instituto, tengo que hablar con el director- dice William, asiento con la cabeza.

Cuando ya estoy lista salgo de la casa, William me está esperando en su auto, un lujoso Nissan X-Trail de color plateado, abro la puerta de copiloto y me siento sobre el asiento beige.

Quince minutos después estaciono cerca de la puerta del lugar, un señor canoso miraba desde la puerta con una gran sonrisa.

-Señor Ward, un gusto verlo de nuevo- estrechan sus manos, miro todo desde atrás- Señorita Ward, creo que debería entrar- ruedo mis ojos sin que me viera, me despido de William con un rápido abrazo y camino hasta mi casillero, ahora de color morado oscuro. Tomo un par de libros, un lapicero nuevo y una hoja con las preguntas de Química, cuando tengo todo en mi bolso camino hasta el salón donde inmediatamente tomo el asiento al lado de Samay.

-Hola, llegaste algo temprano- hice una mueca con mis labios.

-Me trajo Will… papá- digo, carraspeo un poco y rasco mi muñeca derecha.

-Bien- dice ella extrañada mirando mi muñeca, la profesora de Química entro con su gran sonrisa al salón.

(..)

-Lo siento tanto- dice una chica mirándome con pavor, miro la gran mancha de jugo sobre mi bufanda y parte de la blusa.

-Tranquila, es algo que se quita- le digo entre dientes, ella me mira sorprendida, claro que la quiero matar ahora, pero me contengo.

-Lo siento, de nuevo, mejor me voy- dice, se da media vuelta y desaparece entre la gente que se acumulo alrededor de nosotras, todos me miran sorprendidos ¿Qué habría hecho Holly en este caso?

-Holly ¿Podemos hablar?- me dice Samay tomando mi brazo, asiento y me voy con ella hasta el patio trasero, donde no hay nadie.

-¿De qué quieres hablar?- le digo con una sonrisa, ella se cruza de brazos y me examina de pies a cabeza.

-No eres Holly- dice negando con su cabeza, dejo de sonreír y oprimió mis labios.

-¿Cómo que no soy Holly? Claro que soy ella, solo es…- ella me interrumpe.

Una pequeña mentira.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora