Diez

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— ¿Entonces son compañeros? — Pregunto Matt

Kat rodó los ojos. Era la onceava vez que explicaba su situación amorosa con su amigo, y él parecía que solo haría preguntas complicadas y para nada discretas.

Parecía que desde que salió del bosque junto con Rex, el rumor de que ella sería la compañera del futuro Alpha y todos asumían que ella en un futuro ocuparía el lugar tan codiciado. Bueno, aún no habían llegado hasta ese puente.

Sí, ellos habían llegado al acuerdo de que serían pareja, pero no se tocó el tema sensible para ella iniciado con C. En realidad, los dos temas sensibles iniciados con esa letra.

Compañeros y casamiento.

— Es muy pronto para eso, Matt.

Su amigo dejó el trapo con el que estaba secando los vasos y la encaró directamente. Apoyo ligeramente la cadera y también dejó de acomodar las cosas que utilizarían en su turno. Quería contarle todo el contexto a Matt. Ese lobo desobediente se había ganado una parte y lugar de privilegio en su corazón, pero hablar de su maldición y todo su pasado era algo que no estaba preparada todavía.

— Rex no tiene relaciones, novias o lo que sea...

— Nadie está hablando de acoplamiento, es algo que no se puede tomar a la ligera. — Dijo Kat un poco nerviosa

— Sé lo que pasa por esa cabecita tímida y roja tuya, Rex ya asume que están acoplados. Ese lobo tiene que asumir que eres su compañera si te llevo a vivir junto con él.

Kat abrió un poco los ojos por la sorpresa de lo que decía.

— No estamos viviendo juntos.

Matt hizo una mueca, realmente no se esperaba esa contestación. Ya daba por sentado que ese paso estaba realzado.

— Debe haber una buena explicación para eso. — Dijo Matt suavemente

Acomodo un mechón cabello rizado que se escapaba de su moño, se había dado cuenta d ela incomodidad de la felina.

— No es tan malo, realmente no es un paso que espero tan rápidamente.

Y en teoría, era verdad. Habían pasado solo dos días desde que había hablado con Rafael y su intento de fuga desde el territorio de Rex. Cuando salieron del bosque, fueron directamente hasta su departamento. Rex se había marchado a la mañana siguiente para cumplir con algunos recados de la manada, como ella tenía el día libre lo aprovecho para holgazanear y reacomodar sus pertenencias en su lugar.

En la noche Rex había vuelto y esa misma rutina habían realizado hasta hoy, que volvió al bar, bajo una serie de gruñidos de parte de su, ¿novio?

Realmente era muy pronto para hablar de compromiso, compañeros, convivencia, y todas las palabras con "C" que la emocionaba. A quien quería engañar, Kat se moría por todas esas cosas con el gran lobo negro, pero no quería presionarlo. Era mejor, auto convencerse de que las cosas estaban girando con mucha rapidez.

— No sé cómo se manejan los felinos, pero nosotros, lo que realmente tenemos sangre caliente, no dejamos a las compañeras viviendo solas.

Su comentario en burla era para disipar mis dudas y se lo agradecí, en forma de micro violencia, dándole un ligero golpe en el brazo con el trapo que recién estaba secando los vasos. Matt rio y se apartó de mí para poder darle apertura a la noche de bar.

Rex terminó los detalles y sonrió satisfecho. Estos últimos dos días había trabajado incansablemente para poder lograr su obra y estaba más que contento por lo que había logrado. Ahora su casa parecía un hogar, uno que ocuparía concierta gata.

Rex (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora