Cinco (+18)

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Este capitulo contiene escenas fuertes, leer bajo su propio riesgo.



Se besaban furiosamente contra la puerta. Rex tenía aferrada a Kat con su cuerpo. apoyo toda la parte inferior en sus caderas, haciéndola consciente de su palpitante erección. Kat se restregó un poco sobre él, tratando de calmar un poco su fuego. Rex se separó levemente, emitiendo un gruñido excitado. Ella vio que el dorado de sus ojos se había oscurecido, mostrando el hambre que tenía por poseerla. Sus labios estaban rosados y brillantes y su respiración era pesada, lo que generaba toda una visión erótica para Kat.

Sin esperarlo, él se inclinó un poco y la cargó sobre su cuerpo, ella estaba frente a su boca y pasó ambos brazos por su cuello para sostenerse y volver a besarlo.

— ¿Dónde está la habitación?

— Es la segunda puerta del pasillo.

Rex se dirigió al lugar que ella le había mencionado, se movía con gracia como si el peso extra no significaba nada para él.

— Puedo caminar. — Mencionó tratando de bajarse de sus brazos, pero Rex no lo permitió

— Quiero tenerte en mis brazos toda la noche, no me lo prohíbas.

Kat no tenía nada que decir ante su declaración, le parecía lo más lindo que alguien le había dicho, y en realidad lo era.

Rex camino hasta la habitación, pasó por la puerta abierta con ella aún en brazos, atacando su cuello con los labios. Cuando estaba frente a la cama, la arrojó a ella, haciendo que su cuerpo rebotara sobre el suave material. Rex la observó y sintió como su lobo le pedía que tomara de ella lo que quería, que la marcará con su semilla, la llenará de sus cachorros y la hiciera su compañera. Fue un tirón grandísimo de su lobo a él, pero pensaba y se haría cargo de eso luego, cuando hubiese solucionado el problema en sus partes bajas.

Rex se quitó la camisa y la arrojó al suelo, luego se bajó los jeans y se sacó los zapatos de deporte, bajo la atenta y deseosa mirada de Kat.

— No llevas ropa interior. — Suspiro ella

Rex sonrió, mostrando los afilados colmillos y la oscuridad en sus ojos dorados. Se acercó sigilosamente y arrastró su cuerpo sobre el de Kat. Desabrocho lentamente los botones de su camisa negra, rozando sus manos en su pecho y provocando escalofríos en su piel. Expuso un sostén negro de encaje que guardaba unos preciosos senos turgentes y blancos.

Rex bajo el rostro y mordisqueó la piel sobre la tela, dejando su mirada en ella y sin perderse ni un solo detalle de su mirada.

Con los dientes, rasgó la unión del sostén y los dejó colgando a ambos lados de su cuerpo.

— Esto definitivamente sobraba.

Ella sonrió ante su diversión, pocas veces podía tener interacción con la parte jocosa y sonriente de Rex.

Devoro sus pechos, logrando que ella moviera sus caderas y golpeara el núcleo aun vestido contra su polla desnuda. Kat envolvió las manos en el cabello suave y grueso de él, apegándose más a sus pechos. Ella gemía suavemente, provocando que su pecho resonara debajo de los labios de Rex, que disfrutaba del sabor dulce de su piel y del aroma que desprendía su sexo.

— Rex, por favor...

La súplica de ella le hizo alzar la cabeza y mirarla a los ojos, estos estaban ligeramente más oscurecidos por el deseo y la frustración sexual. Ella se inclinó levemente para sacarse lo que quedaba de su camisa y sostén, volvió a unir sus labios y enredó la lengua con la suya en una danza de pasión. Rex inclinó su pecho para recostarla nuevamente a la cama. Fue dejando una línea recta de besos hasta la cadera donde desprendió el botón de su pantalón y prácticamente lo arrancó de sus piernas, hasta dejarla totalmente desnuda.

Rex (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora