Capítulo 4

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Estaba sentada bajo la sombrilla mirando a Mia como jugaba con la pelota y con un niño que encontró en la playa. Era un niña muy bonita, y cuando crezca se convertirá en una hermosa mujer rubia cuerona de ojos verdes, esos ojos verdes heredados de su idiota padre, si así podría llamarse.
Era súper extrovertida al igual que yo y podría hablar con cualquier niño en la playa y hacerse amigos, todo lo contrario a Lara.
Si que éramos polos opuestos a pesar de ser hermanas, a ella nunca le gustó ir de fiestas, y cuando se enamoraba lo entregaba todo, siempre la admiré, aunque luego de sus rupturas sufría más que cualquier persona a consecuencia de su total entrega a su pareja.

En cambio yo, iba de fiesta en fiesta con mis amigas, amaba a mis amigas, eran las más divertidas y locas que conocí desde el jardín, éramos cuatro: kari, Bia, Ale y yo, pero con quién más me entendía era con con Kari, ella era como una hermana más y era a quien le confiaba todas mis cosas y ella hacía lo mismo sin miedo a juzgarnos.
Me enamoré, si, tuve dos novios a lo largo de mi adolescencia, con el primero estuve desde los 14 hasta los 16, si bien era joven me enamore profundamente, pero como todo adolescente, él me quería a su manera porque no me dejaba ir, pero me engañaba las veces que podía y yo terminaba perdonándolo porque creía que "cambiaría" y porque lloraba hasta que los mocos le salgan para que lo perdone.
Pero luego seguía haciendo lo mismo, hasta que decidí que era yo mucho más de lo que él podía darme.
A esa misma edad(16) que decidí no volver a estar con otro muchacho y disfrutar de mi juventud, me volvió a pasar lo mismo, me volví a enamorar.
A diferencia que el tiempo con él fue de unos apenas 6 meses. Cuando creí que él era la persona con la que estaría por el resto de mi vida, le entregué mi virginidad, le entregué lo más preciado que tenía, pensé que porque era 3 años mayor que yo, él lo necesitaba para hacerle entender que eso era lo que marcaría nuestra relación por el resto de nuestras vidas, o eso era lo que él me decía.
Luego de que lo hayamos hecho, él dijo que no fue como lo había esperado y que lo mejor que podíamos hacer era que quedáramos como amigos. EN SERIO? AMIGOS? Realmente estaba loco. Espero que el puñetazo que le di en la cara le haya dolido por lo menos unos días.
Me pasé llorando como tres días de seguido, mientras Kari me traía mi sabor de helado favorito, banana split!. Luego lo superé y antes de cumplir los 17 dije que solo iba a disfrutar el resto de mi adolescencia, antes de someterme a mi hermosa carrera.
Y así fue, disfruté mis dos años que quedaron antes de ingresar a la universidad, bailé tanto cada fin de semana, siempre con mis amigas, nos dimos una que otra borrachera, y aprovechamos cada minuto de nuestras vidas.

Una vez dentro de la carrera, nos conocimos con Ariel, empezamos siendo amigos de la biblioteca, nos encontrábamos ahí, y luego de un beso inesperado en una fiesta de estudiantes, todo empezó, prácticamente nunca peleamos, salvo por sus celos incoherentes, y a veces la necesidad de un poco de espacio que le rogaba me diera.
Él me amaba, me sigue amando, nunca me dejó sola, pero cada vez que vengo a casa, es como si sintiera un alivio. Es raro. Me siento bien a su lado, pero al estar acá, me siento bien sin él.

- Tía Lu!! Tía Lu!! - Mia me quito de mis pensamientos, de pronto la veo a punto de llorar y voy a corriendo junto a ella.
- Qué pasa amor?-. Y la abrazo para que se calme y deje escapar su sollozo.
- Es que toby me ha quitado la pelota y se la ha llevado!! Se fue corriendo!!.- Ese maldito niño, cuando lo encuentre me conocerá por hacer llorar a Mia.
- Ya tranquila, no te preocupes Mia, iremos a buscarlo y te devolverá la pelota, quiera o no.-
- Gracias Tia Lu.- me dice y la agarro de la mano para caminar y buscar a ese estúpido niño que llevó la pelota de mi rubia.

Este intenso amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora