Habían pasado unos días de la última charla que había tenido con Kari sobre Thiago. Y no había logrado sacar esa conversación de mis pensamientos. Mi cabeza estaba hecha un nudo de sentimientos, sensaciones, y mucha, mucha confusión. Me sentía frustrada. Era como si mi "yo" adolescente hubiera vuelto.
Primero estaba Ariel, que si bien era cierto que no volvimos a hablar y lo cual no me extrañaba demasiado, ya que sin importar los años que habíamos compartido juntos estaba segura que él esperaba que sea yo quien decida hablarle. Siempre fue así. Siempre fui así. Esta vez simplemente no me nacía, me sentía mal hasta de decirlo, pero la verdad era que no tenía ganas, como si no me importara. Y lo que peor me hacía sentir era que probablemente eso se debía a que Thiago se había metido en mi cabeza, mucho más de lo que hubiera imaginado.
Y ahí estaba lo segundo. Thiago. Ese hombre que había despertado todos mis sentidos, que había puesto en alerta cada parte de mi cuerpo. Lo que había olvidado con los años. Lo que creí no sentir jamás. Él se había convertido en una incógnita en mi vida. Me moría de ganas de verlo. De saber de él. De hablar con él. Aunque todos me indicaban que no lo hiciera, que me alejara, que huyera.
Estos días intenté hacerlo. Aunque debo admitir que me estaba costando demasiado. Evadir sus llamadas, no responder sus mensajes. Se podría decir que estaba actuando como una cobarde, pero en parte sabía que esto se me hacía un poco más fácil, por el hecho de que él no estaba en la ciudad. Fue lo último que supe, que estaba de viaje por negocios.
Así que estos días estuve aprovechando para tratar de poner en orden mi cabeza, lejos de él.Estoy tirada en la cama de mis padres buscando alguna película en Netflix que pueda entretenerme, la mayoría las había visto todas. Al menos las de romance.
Se hacía de noche y mis padres se encontraban abajo cocinando juntos para la cena. En eso, escucho el timbre.
- Lu, puedes bajar un momento? Te están buscando.- grita mi madre desde las escaleras. De pronto por alguna extraña razón mi corazón empezaba a acelerarse. Era él?
- Voy mamá.- digo corriendo mientras intento hacerme una cola y colocarme los shorts deportivos de mi mamá que fue lo primero que encontré ya que yo estaba solo con mi bombacha y una remera de mi papá encima. Lo sé. Estaba de vacaciones.
Bajo de las escaleras como puedo, me miró al espejo que estaba de paso, y qué remedio? Estuve todo el día encerrada en la habitación y era obvio que me iba a ver desaliñada. Ya que.
Emito unos suspiros y decido abrir la puerta con mi corazón palpitando.- Matt?.- qué hacia Matt aquí?. Creí por un momento que podía haber sido él. Thiago. Una ola de desilusión me atrapó.
- Hola Lu! Cómo estás? Me veo tan mal? Es como si hubieras visto algo terrible. - dice riendo.- Estabas esperando a alguien?.- dice y enseguida me siento mal por no saber disimular mi decepción.
- Disculpa Matt!! No es eso. Es solo que me sorprendió verte. Nada más.- trato de colocar una sonrisa en mis labios.- No espero a nadie. Cómo estás tú? Quieres pasar?.- digo mirándolo con una sonrisa ya sincera. No podía negar que Matt tenía lo suyo. Iba vestido con una bermuda beige y una remera blanca que hacía resaltar sus brazos y le quedaba bien entallada. Su cabello marrón claro al descuido y sus ojos marrones claros que hacían juego con su color de piel tostada. No me había fijado en lo apuesto que era.
- En realidad Lara me dijo que nos encontraríamos aquí. Pero ella no está, no es cierto?.- dice pasando su mano por su cabello, como pareciendo avergonzado
- Lara citándote
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Este intenso amor
RomansaLuciana, una chica de 22 años cree estar enamorada profundamente de su novio, con quien ya ha pasado 3 años a su lado. Pero al terminar el tercer curso de medicina en una universidad lejos de su hogar, regresa a su casa a ver a sus padres y tomarse...