A La Deriva. (Starker)

8.

Steve Rogers, un hombre muy atractivo, con una musculatura digna de revistas para damas, y unas hebras rubias envidiables, es ahora un tipo muy sensual para mujeres y hombres, y siendo éste un folla-todo el sexo no era algo que le faltase, él y su bisexualidad disfrutaban de una esbelta y sensual mujer, cómo de un musculoso y sexy hombre. Pero no siempre fue así de sensual.
Pues, a lo largo de su vida había sufrido más de lo que alguien pensase, puesto a su complexión de esos tiempo, era encasillado como alguien escuálido e inútil, retribuyendole un sinfín de burlas y demás maldades que ser el "débil" conllevaba; odiaba a los abusivos más que cualquier otra persona en el mundo, y cuando en el callejón, fuera de la escuela, tres niños más fornidos –para un joven de su edad– que él le pateaban, juró que jamás iba a volver a dejarse. Jamás.

Su familia no era la más abierta de mente y su padre era un "macho" de primera, que jamás de los jamases iba a aceptar que a su progenitor lo tratasen como un débil por escuálido e insignificante ser humano, quizá su madre hubiese opinado acerca de la situación, pero era callada por su esposo machista, con un "tu eres mujer, no puedes opinar."
Con rutinas muy avanzadas de ejercicio como para tener quince años y comiendo más de los que debiese alcanzó un cuerpo más fornido, cuando ya estaba en preparatoria su cambio había sido muy notorio para todos y estaba orgulloso de ello.
Su escuálido rostro ahora se tornaba más sensual de lo usual y los "niños malos" intentaron aliarsele, y cuando les rompió la cara a uno por uno y les advirtió con otra paliza si iban de soplones, supo que jamás nunca iba a dejarse de nadie, iba a patear a cuantos abusivos se encontrase. A los dieciséis perdió su virginidad con una chica y con ello le convino más sexo de lo que un joven como él tendría, entonces supo que había tomado una buena decisión.
Conoció a Tony en el penúltimo año de preparatoria y luego de que Tony le rechazase su invitación para sexo se hicieron mejores amigos, compartieron casa y hasta la fecha siguen con una amistad semiestable.
Bucky llegó después, un lindo chico de cabello negro y ojos hipnotizantes, se unió al grupo, y aunque quisiera ocultarlo se estaba enamorando de ese tonto de cabello largo.
Una tremenda estupidez, ¿podrá seguir con su vida de follador loco o terminará cayendo con el tipo que le causa felicidad y temor al mismo tiempo? No tiene idea, pero no quiere ser débil, jamás lo será.

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Tony necesitó tragar saliva forzadamente y soltar el aire de sus pulmones para poder voltear, Rogers estaba avecinandose y el muy malnacido iba muy bien acicalado con un saco de terciopelo azul, unos pantalones de vestir negros y unos zapatos a juego relucientes, y como de costumbre, con su amigo; Bucky, detrás suyo cuán perrito faldero.

—Stark, ¿por qué no has contestado mis mensajes?

Tony estaba por responder pero el rubio notó la presencia del chico centímetros más bajo que Tony.

—Oh, lo lamento, ¿es tu invitado? —le preguntó Rogers con una sonrisa socarrona, y Bucky llegó segundos después.

—Muchacos, él es Peter Parker, Peter ellos son Bucky y Steve, mis amigos. Espero que se lleven bien —dijo Tony temiendo, porque había una posibilidad de que hubiesen visto a Peter en el bar o peor aún, que hayan disfrutado de sus servicios. El solo hecho de pensarlo le daba pavor.

Tony no temía por él, realmente le importaba una mierda la opinión de los dos tipos que tenía por amigos, y no por maleducado o algo por estilo, sino por el solo hecho de que era su maldita y asquerosa vida. Temía mucho más por Peter, lo último que quería era que estuviese incómodo o recordarle algo su desatroza vida, o que en algún momento al tonto de Steve se le saliera un comentarios ofensivo por broma, como era costumbre.