A veces los cambios son buenos

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Au híbridos

Nadie sabía cómo pero desde hace muchas generaciones las personas empezaron a desarrollar rasgos de animales, la sociedad empezó a construir en pro de los más fuertes y astutos, aquellos con rasgos de animales feroces fueron colocados en la punta de jerarquía social.

- Doctor, ¿Puedo pasar? - dijo una chica, la secretaria principal, después de unos segundos tras no recibir respuesta, decidió entrar a la oficina principal del directivo más importante del hospital - ¡Doctor! - grito horrorizada al encontrar al pelinegro en el piso rodeado de muchos documentos.

La ventaja de ser dueño de un prestigioso hospital de Yokohama es que fue inmediatamente atendido.

- ¿Dónde estoy?- preguntó el pelinegro que recién despertaba, observó a su alrededor y pudo notar que estaba en una de las habitaciones exclusivas de su hospital.

- ¡ya despertó!- anunció la enfermera - Rintaro, me diste un buen susto.

- Elise - aún sin comprender lo que pasaba - lo último que recuerdo es estar en mi oficina, ¿Qué paso?

- colapsaste por el estrés- en la tableta electrónica que llevaba en manos revisó el resultado clínico - la falta de sueño, el trabajo excesivo y el estrés ha dejado mal tu cuerpo...deberías tomarte unas vacaciones.

- ¿No hablaras enserio?- tomo un vaso de agua que estaba preparado junto a su cama - tu más que nadie sabe que así como uso el bisturí y puedo salvar una vida, mi firma en una hoja de papel ayuda a un montón - se llevó una mano a su sien al recordar que aún había muchos papeles que firmar, contactar con laboratorios, revisar si han llegado las actualizaciones del equipo médico, hablar con otros directivos y acordar presupuestos.

-Sabía que dirías eso así que llame a tu familia - respondió la rubia que movía sus orejas de lince - y por tu trabajo no te preocupes, para eso están los otros directivos.

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- ¿Ya casi llegamos?- pregunto un chico con orejas felinas desde el asiento trasero - ya se me acabaron mis bocadillos.

- aún no - mencionó el copiloto - pero pronto, quizás en unos veinte minutos estemos en casa.

Mori observó desde el retrovisor a los tres jóvenes, uno que resignado a su falta de bocadillos había decidido concentrar su atención en el celular, una que dormía profundamente y otro que cubierto de vendas y parches por su último accidente tenía la mirada perdida en la ventana. En realidad esos tres eran el origen de muchas de sus preocupaciones y quizás el motivo por el cual todos sus colegas lo arrojaron a unas vacaciones obligatorias.

Llegaron a su nueva casa, a diferencia de la anterior que era básicamente toda una mansión en una zona residencial privada está era más pequeña y con muchos vecinos.

- ¿Esta es nuestra casa?- hablo Akiko que se estiraba después de su larga siesta- ¿Tendré habitación propia?

- yo quiero la más grande- grito Edogawa y se apresuró a ingresar a la casa

- ¡No es justo!- le siguió la joven que también corrió hacia dentro de la casa

- ¿No quieres entrar a elegir tu habitación? - hablo el pelinegro al menor de sus hijos.

-no quiero, al final solo es una habitación.

Mori entendía que los jóvenes pasaban por una etapa de rebeldía pero estaba preocupado, Dazai había mostrado una conducta de falta interés por todo, incluso por la vida misma, Akiko y Edogawa eran los rebeldes de la casa.

-Ayúdame con el equipaje - suspiro y se preparaba mentalmente, sabía que moverlos de su rutina de la ciudad al campo podría ser un fuerte cambio, pero era uno que todos necesitaban en el fondo.

Aventuras de gatos [FIC FUKUMORI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora