12 días de Navidad || JayDick

Día 6: Una velada en París

Prompt: "Vacaciones/Compras"
Pareja: JayDick

   Richard nunca se había sentido más exhausto.

   Las noches de patrullaje en Gotham se habían convertido en un verdadero tormento en aquellos últimos días. Uno pensaría que el índice de criminalidad descendería en aquellas fechas en donde el espíritu de la Navidad tocaba los corazones de incluso los más desalmados. Pensó que, aunque aquel no fuera el caso, podrían tomárselo también como un descanso de fin de año si las festividades de la época no resultaban lo suficientemente conmovedoras. Dick no lo sabía, claro está, pero es lo que esperaba que sucediera.

   Nunca nada sucedía como lo imaginaba.

   Así que aquellos últimos días habían sido bastante agitados, sumándosele también el furor en las calles por las prontas celebraciones, la actividad en la Mansión que bullía en quehaceres y compras para que todo resultase formidable, las decoraciones en su propio apartamento que compartía con su pareja y, cómo no, la elección de los obsequios que estaba preparando en secreto para cada miembro de su familia. Con todo ello, Dick no paraba un segundo y, pese a que Jason ya lo había reprendido antes para que se calmara, no lo había logrado del todo.

   Es por ello que cuando llegó al piso que rentaba con el forajido después de un interminable día trabajando en el café de la siguiente avenida y haber realizado varios recados para Alfred, pensó que se desplomaría allí mismo, a escasos centímetros del vestíbulo. Se dirigió a su cuarto arrastrando los pies y grande fue su sorpresa cuando allí se encontró con un bolso abierto de par en par sobre la cama y la ropa de Jason desperdigada por doquier. Su mirada atónita encontró a su pareja justo cuando este salía del baño con su cepillo de dientes para decirle que tenía una misión muy importante y que necesitaba que él lo acompañara. El forajido le dio un caluroso beso en la mejilla y luego se dirigió al closet de donde extrajo la pequeña maleta de viaje de Dick, instándolo mientras lo hacía a que empezara a empacar. Su vuelo partiría dentro de una hora.

   Es así que después de prepararse lo más rápido que pudo, atravesar la ciudad en plena tormenta hacia el aeropuerto y un prolongado viaje a través de las aguas del Atlántico, se encontraba ahora en una lujosa suite del Hotel Ritz en París, Francia.

   Habían arribado de noche, la ciudad encendida a aquellas horas y deslumbrante de alegría. Conseguir una habitación sin reservación previa había sido sencillo después de que dejaran caer el nombre de Bruce y pronto se abrió ante ellos las lustradas puertas de un enorme recinto caldeado y suntuoso. Dick no podía creer que estuviesen allí, con lo hermosa que era aquella ciudad durante la Navidad y acompañado de su novio. Una punzada de decepción se hizo presente cuando a su mente acudió la razón de aquel súbito viaje. Una misión. Red Hood y Nightwing harían su aparición eventualmente y todo se reduciría a su trabajo.

   Aquella perspectiva lo entristeció.

   Sintió entonces los brazos de su novio rodearlo por la cintura, abrazándolo por la espalda y apretándolo contra su pecho en un firme agarre. El aliento de Jason le acarició el cuello desnudo y pronto fueron sus labios los que se paseaban hambrientos sobre su piel. Dick rió pese al cansancio.

—Ya pedí servicio al cuarto. Vendrán en unos momentos —informó su pareja contra su oído, su cálido aliento produciéndole un cosquilleo—. Después podremos ir a descansar, mañana visitaremos la ciudad.

   Richard arrugó el entrecejo.

—¿Visitar? —repitió—. Creí que veníamos aquí por una misión.

—Así es y una muy importante —prosiguió el muchacho entre besos acalorados—: descansar.

   Tan pronto como procesó lo que acababa de decir, Dick soltó un gemido indignado por lo que Jason le había hecho.