Día 11: Nochebuena

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Prompt: "Regalos"
Pareja: JayDick




    La puerta del apartamento crujió al abrirse y dos siluetas se recortaron en el umbral bajo las incandescentes luces del pasillo. Richard ingresó entonces arrastrando los pies, sus hombros caídos y sus ojos cerrándose por momentos. Se detuvo en el vestíbulo y allí se quitó el abrigo y la bufanda, sacudiéndose también la nieve que traía encima para después dirigirse hacia la sala. Jason cerró la portezuela con un nuevo golpe y, tan pronto como se deshizo de su abultado gabán, se encaminó directo hacia la cocina. Mientras tanto, Dick hurgó los rescoldos de la chimenea con el atizador de hierro y decidió que lo mejor sería volver a encender el fuego para caldear el ambiente. El frío de aquella cruda noche de invierno gothamita le calaba los huesos para ese momento y estaba seguro de que su pareja también agradecería un poco de calor tras atravesar a pie unas cuatro avenidas para llegar allí. Había sido una larga velada, después de todo. La Cena de Nochebuena en la Mansión Wayne había menguado sus fuerzas más de lo que le hubiese gustado admitir pese a que había resultado una reunión memorable. La comida había sido excepcionalmente sobresaliente y Dick no dudó en hacérselo saber al mayordomo tan pronto como saboreó los primeros canapés que fueron servidos. El festín, sin lugar a dudas, se llevaba sus más sinceras alabanzas y la compañía no hizo más que superar sus expectativas para aquella noche que tantas preocupaciones le había traído durante las últimas semanas. Damian y Tim habían sido cordiales el uno con el otro toda la velada y ninguna disputa se levantó durante la noche, incluso cuando decidieron que había llegado el momento de cantar unos cuantos villancicos. Bruce había sido atento y amable también, sonriendo con una de aquellas sonrisas que siempre reservaba para aquellos momentos que lograban sacudirlo tras tanto dolor y, sin embargo, parecía atesorar con una calidez que se adivinaba en su mirada clara.

    Richard no podía encontrarse más feliz por ello. No después de haber visto la felicidad que aquella celebración había traído a su familia.

    Un pequeño rincón de su corazón siempre añoraba días como esos. Y, pese a que a veces se pensaba egoísta por desearlo, no podía silenciar la desesperada necesidad de más días así para todos. Más días de paz y unión fraternal. Más días de amor y luz. Más días felices.

    Soltó un suspiro de alivio cuando su pequeña fogata empezó a chisporrotear y, a continuación, se dejó caer pesadamente sobre el sofá haciendo provecho de aquella pequeña pausa concedida, removiéndose a su vez entre un mar de almohadones hasta encontrar la postura correcta. Apenas fue consciente cuando Jason llegó varios minutos después trayendo consigo dos tazas de ponche caliente en cada mano.

—No sé tú, Jay, pero yo estoy exhausto —empezó a decir Dick con sus ojos cerrados y el cuerpo lánguido tras la caminata a su apartamento—. Creo que prefiero dormir hasta el 26 —bostezó.

    Jason rió al oírlo. Se sentó a su lado y lo codeó con suavidad para que se despabilara.

—Vaya... —estaba diciendo divertido—. ¿Quién eres y qué hiciste con mi Dickie? —le tendió la otra taza a su novio y luego dio un largo sorbo a su bebida, deleitándose en silencio por la calidez que empezaba a reconfortarlo—. Acabas de prometerle al enano y a Tim que iríamos a la Mansión mañana para el desayuno.

—¡Lo sé! —clamó el circense con teatral frustración. Sacudió la cabeza en un gesto cansino—. A veces soy tan idiota.

    Jason tan solo rodó los ojos, bastante entretenido sin embargo por el dramatismo habitual de su pareja. Se encogió de hombros.

—Es tradición, después de todo.

—Sí —concedió Dick al cabo de unos minutos. Una pequeña sonrisa sincera se asomó en sus labios—. Sí, lo es. Abrir juntos los obsequios de Navidad mañana. Creo que todos se llevarán una sorpresa.

12 días de Navidad || JayDickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora