CAPÍTULO 9: EL GRAN GOLPE AMATEUR

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Sé que esta historia no tienen muchos feligreses, pero para los que sí la siguen aquí os hago actualización.


Por la mañana, Karman hizo un acto imperdonable del que jamás se creyó capaz.

Llevó a su cachorrito al patio trasero, le puso un bonito collar rojo con una placa que ponía "Hércules" en ella y, con todo el dolor de su corazón lo encadenó a un árbol de manzanas.

—Por favor perdóname Hércules. Yo no quería llegar a esto.

—¡RAF! ¡RAF! ¡RAF! —ladró Brat en desesperación, chichando e intentando zafarse del collar.

"¡¿Qué haces Kiwi?! ¿Es que he hecho algo malo? Juro que no me vuelvo a hacer pipí en la alfombra ¡Kiwi!"

—Esto es por tu bien... Hércules.

—¡AAAAUUUUUUUUU!

"¿De qué hablas? ¿De qué va esto? Quítame la correa"

—Sí te llevo conmigo al hospital hoy podrían atraparnos. A mí me mandarán a prisión y a ti a la perrera.

­—¡AUAUAUAUUAUAUAU!

"¡Así no es como funciona! Te lo suplico, no me dejes. No quiero estar solo y encadenado todo el día ¿Alguna vez has sido un perro? Cada minuto durara el triple"

—Sé que es duro. Pero no podemos arriesgarnos. No puedo ser un delincuente y cuidar de ti al mismo tiempo. Así que esperarás aquí hasta que vuelva. Quisiera dejarte con alguien que te cuide sin necesidad de atarte pero... No conozco mucha gente.

—¡¡RAFFGH!! ¡RRAF!

"Yo también soy importante para la misión. ¡Soy un parte fundamente! La parte que se encarga de que no te metas en problemas. Kiwi no me dejes, si te pasara algo jamás me lo perdonaría"

—No puedo llevarte conmigo, porque además no aceptan perros en el hospital.

—AAAAUUUUUUUUU...

"Llévame en tu mochila ¡Será un perrito de bolso! Pero no me dejes, me voy a sentir muy solito aquí"

Al ver llorar a su mascota Kiwi se enjugó las lágrimas y se dio media vuelta para marcharse con pie pesado. Brat berreó, aulló y suplicó a ladridos su retornó, impotente de poder acompañarlo.

—Volveré pronto, te lo prometo. Entonces jugaremos, dormiremos y por la mañana pasaremos todo el día juntos. Es una promesa —prometió sin mirar atrás, yéndose definitivamente.

—¡AAAUUUUUUUUUUUU! AUUAUAUAUAUUAUA.... ¡Guaauauauuu!

"Por favor... ¡Vuelve por mí! ¡Vuelve! A los vecinos les gusta poner reggaetón ¡El Reggeatón es nocivo para los oídos de un perro! Auxilio... Por favor... no quiero estar encadenado... ¡KIWIIIIIIIII!"

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Una hora después, el gran golpe al hospital inició.

Tara y Kiwi entraron apresurados al hospital con Roy, este último estaba sangrando a borbotones por la nariz. La chica gótica estaba haciendo de tripas corazón para alegar todo lo posible su lengua sedienta del rostro del chico; el hambre estaba conquistándola a tal punto que podía olfatear la esencia vital de Roy desde donde estaba sin siquiera probar una gota: Existía cierto matiz egocéntrico e hipócrita en su sangre que le transmitía a ella un sabor casi afrutado y fresco sin siquiera probarlo, se le hacía agua la boca. La razón por la que Roy tenía la nariz rota era por cuestiones de practicidad.

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