CAPÍTULO 14: JUNTOS COMO HERMANOS

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Lamento la tardenza, fue un groseria no actualizar, pero empecé a tener problemas del internet y cuando los resolví... seré sincero, seme olvidó publicar XD 

Espero en puedan perdonarme por mi incostancia. 

Gracias por leer. 



Todos caminaron hambrientos por el sendero del prado amarillento bajo el cielo nublado, en ese momento una vacua llovizna se precipitó gentilmente sobre el pasto llenando todo alrededor de rocío.

El ambiente cálido se tornó frío, el suelo baboso. Los viajeros habían visto poco y nada de este nuevo mundo y podrían decir que estaban hartos.

Andando todos juntos, cabizbajos por la reciente perdida, divisaron finalmente a la distancia una modesta cabaña de madera con un humo brotando grácilmente desde una humilde chimenea.

Se detuvieron un momento a apreciarlo, incrédulos de que su travesía acabara por fin; pensamientos de duda escurrieron por sus mentes:

"¿Será de verdad?" pensó Tara.

"¿Es esto una ilusión?" se cuestionó mentalmente Roy.

"Me están entrando un hambre de perros" sopesó Brat.

—Esperaba que fuera... ya saben, más grande —confesó Kiwi finalmente, aceptando que habían llegado.

—Es la casa de una tortuga, creo que yo no esperaba nada —declaró Brat.

—Acabemos con esto —alentó Roy—. Me siento sucio después pasar toda la noche con ratas y de comer desperdicios.

—Al menos alguien por aquí comió algo —sopesó Brat.

No se acercaron ni 5 pasos extra a la humilde estructura cuando otro curioso personaje apareció.

—¡No se muevan, humanos! —Chilló un puerquito rosado, enano y rechoncho—. Soy el Señor Pigsy; honorable guardián de la casa de La Tortuga y jefe de policía de este pequeño mundo próspero.

Roy tragó saliva, esperaba que Pigsy no estuviera enterado de sus crímenes más recientes.

—¡Un cerdo parlante! —se emocionó Brat—. Qué delicia ¡digo! Hola amigo, ¿qué se te ofrece?

—¿Quieres ser nuestro amigo puerquito? —preguntó Kiwi con amabilidad sin perder tiempo—. Tardamos un rato, pero nos dimos cuenta que los ciudadanos de este mundo son buenas personas y también muy agradables.

—A pesar de que exista el canibalismo o algo así —comentó Tara—. No somos nadie para juzgar.

—Estamos desanimados porque nuestra mejor amiga de aquí murió hace poco —explicó Brat—. Aún atravesamos le luto.

—Chicos, por favor —pidió Roy exasperado—. Ya pedí disculpas por eso, no lo sabía. Además, era solo una bruja del bosque. Ustedes ni se conocían bien, pasaron media mañana hablando con ella nada más.

—¡No te has disculpado ni una vez! —recordó Tara.

—Se necesita menos de media mañana para trabar una amistad pura y sincera con la señora Remedios, ella era una persona única en su clase —replicó Brat.

—Bah —se irritó Roy—. A la próxima no los salvo del potencial peligro de ser comidos.

—Cómo iba diciendo —dijo el cerdito parlante, irritado al notar que no lo estaban tomando en serio—. Yo me encargo de poner a prueba a los que quieren ver a La Tortuga. Y como son cuatro y viajan juntos, deduzco que son amigos.

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